Las notas escolares no deben ser un martirio

Pedir a tus hijos un buen desempeño escolar, no significa que debas convertir la exigencia en un martirio para tus pequeños.

Cada inicio de ciclo escolar es, para muchos padres de familia, el preámbulo del eterno sufrimiento por las buenas notas. Sin importar el grado escolar en el que se encuentre su hijo, el desempeño académico puede volverse un tema incómodo y sensible por lo que hay que hacer todo lo necesario para evitarlo.

Ángeles Marulanda, autora del libro “Sigamos creciendo con nuestros hijos” de Editorial Norma, explica que las calificaciones no son una medida de la inteligencia de los niños y, mucho menos, de las capacidades de los padres, por lo que se debe ser justo en su apreciación.

“Muy pocos beneficios se obtienen si las calificaciones se convierten, como ocurre a menudo, en motivo de castigo y discordia. Estos informes son ante todo, un mecanismo para ver y evaluar lo que ha ocurrido a lo largo de la historia escolar del niño, y por esta razón, si no resultan satisfactorios, se deben utilizar como plataforma para ver qué pasa y qué acciones se deben emprender para corregirlos”.

Es muy importante la manera en la que se valoran los informes de la escuela, por lo que hay que tener presente que hacer un juicio sobre el pequeño y utilizar palabras como ‘vago’, ‘inútil’ o ‘burro’, en nada ayuda a que se fortalezcan las áreas débiles y por el contrario, sean expresiones que hieran duramente su autoestima.

Lo ideal es que los padres sean aliados de su hijo y le brinden el apoyo suficiente para que mejore su vida escolar.

La especialista comenta que el bajo rendimiento académico es una ‘voz de alerta’ que indica que algo está interfiriendo con su capacidad de aprendizaje, por lo que hay que detectar si:

• Hay una falla en su visión o audición.

• Tiene miedo o pánico por resolver los exámenes.

• Hay un mal ambiente entre sus compañeros.

• Padece el temor a fracasar debido a las exigencias en casa.

• Es necesario aumentar el número de horas o acudir a clases extra escolares.

“Discutir con calma la situación con los hijos, escucharlos para ver cuáles son sus tropiezos y buscar a través de sus respuestas, los motivos de sus problemas, es el primer paso que se debe dar”, explica la autora y agrega que es importante buscar la colaboración de los maestros para elaborar un plan de trabajo que ayude a los niños a superar aquello en que están fallando, y a la vez, despierte su interés por mejorar su rendimiento escolar.

Será de mucha utilidad, en caso de que no haya una mejora a corto plazo, un profesional especialista para que realice una evaluación pisco-académica que permita determinar el origen de los problemas y qué se debe hacer para darle solución. La asistencia de un terapeuta en problemas de aprendizaje puede ser un invaluable apoyo para que se resuelvan con éxito las dificultades que tenga el pequeño.

¿Y si hay estupendos resultados? Es muy importante que se reconozcan las boletas con excelentes calificaciones, así lo explica la autora y subraya que no hay nada más estimulante y que más anime a los niños a dar lo mejor de sí mismos, que sentir que sus padres se interesan en ellos como personas y aprecian sus cualidades, y no sólo sus talentos y sus habilidades.

El niño debe saber que sus padres están complacidos con su progreso y esfuerzo, esto es un gran estímulo para que tengan la paciencia y energía de seguir esforzándose para cumplir sus metas.

A lo largo de su vida académica se enfrentarán a un gran número de retos e incluso, grandes obstáculos que superar. La escuela brinda la oportunidad de asimilar no sólo aquello que está contemplado en el plan de estudios, también la de conocer las propias capacidades y limitaciones, y este aprendizaje es un gran tesoro que lo acompañará siempre.

Colaboración de Fundación Teletón México.

“El principio de ser paciente es empezar con uno mismo”.

Bojorge@teleton.org.mx

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