Familias gay binacionales buscan reconocimiento

Intentan eliminación de ley de matrimonio que niega sus derechos como parejas

Pablo García y Santiago Ortiz junto con otras cuatro familias gay, solicitaron en corte que se reconozcan sus beneficios migratorios por estar casados legalmente.

Pablo García y Santiago Ortiz junto con otras cuatro familias gay, solicitaron en corte que se reconozcan sus beneficios migratorios por estar casados legalmente. Crédito: Cortesía

Nueva York – Santiago Ortíz y Pablo García llevan más de 21 años consolidando una vida juntos más allá de los prejuicios, pero ahora se preparan para derribar el mayor de los obstáculos.

La pareja venezolana-estadounidense es una de cinco familias gay que están demandando la constitucionalidad de la Ley de Defensa del Matrimonio (DOMA), por negarles el derecho a que uno de sus miembros obtenga su residencia legal en Estados Unidos.

DOMA no reconoce las uniones del mismo sexo. Esto implica que Pablo, publicista y escritor caraqueño de 52 años, no pueda disfrutar de la condición migratoria que le asegura Santiago, de 56, por ser estadounidense, aunque estén legalmente casados.

Desde 1992, ambos se establecieron en Nueva York, cuando Santiago temía que el sida le robaría la vida, cuenta el psicólogo escolar de raíces puertorriqueñas. En mayo de 2011, viajaron en tren a Connecticut para casarse en absoluta intimidad.

“Pablo ha dejado todo por mí, por eso debo bregar para que cumpla sus sueños”, explica Santiago, quien está discapacitado. “Ahora él está sacando su doctorado en español y quiere dar clases, pero no puede hacerlo por no tener papeles”.

Tras tantas limitaciones, Santiago confía darle a su compañero de vida ese beneficio, que a la vez les aliviaría del enorme gasto de la universidad que hasta ahora han cubierto con mucho sacrificio por no tener más ingresos que su pensión de discapacidad.

Del grupo de demandantes, tres residen en la ciudad; los otros dos son de Connecticut y Vermont, todas áreas donde sus matrimonios son reconocidos por ley.

“DOMA afecta más de 1,000 derechos federales, pero en el contexto de inmigración las consecuencias son particularmente severas”, explica el abogado Tom Plummer, de la organización pro derechos Gay Immigration Equality.

Esa realidad pone en riesgo a estas familias, que viven bajo el temor de ser separadas o de tener que vivir en el exilio o ilegalmente en el país.

Lo que aspira Plummer y sus defendidos sentaría un precedente para la comunidad de gays, lesbianas, bisexuales y transgénero (LGBT), porque evitaría que las solicitudes de residencia por matrimonio y ciudadanía de sus miembros fueran rechazadas como ocurre actualmente.

La juez Carol Bagley Amon, de la Corte de Distrito Este de Nueva York, “está esperando la decisión del caso Windsor para dar curso al nuestro”, agrega el defensor.

El caso Windsor es otro juicio pendiente contra DOMA que se espera se decida en las próximas semanas en la Corte del Distrito Sur en Brooklyn. La demandante, Edie Windsor, está siendo obligada por el gobierno a pagar impuestos tras la muerte de su esposa; lo cual no sucedería si su pareja hubiera sido un hombre.

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