Votantes indecisos

La batalla se concentra únicamente en los swing states, los Estados indecisos, en los que nada es seguro y todo puede dar un giro repentino

A dos semanas de la elección los contendientes presidenciales se enfrentaron en su segundo debate,y aunque estaban ante un público masivo nacional, el objetivo de ambas campañas fue captar a un segmento cada vez más reducido de votantes “indecisos” que se encuentra en unos ocho a 11 estados.

Aunque su porcentaje no sea muy elevado a nivel nacional (está en torno al 6% ) los indecisos acabarán dando la victoria a uno u a otro en estados tan fundamentales como Florida, donde, tradicionalmente, las elecciones se deciden por unos pocos miles de votos, en Virginia, donde Obama está solo un punto por delante en una última encuesta, o en Nevada, que va a estar en juego hasta el último minuto.

Los votantes indecisos son, como es lógico, los más difíciles de convencer, los que menos atención prestan a las palabras y más a los hechos.

Más complicado aún, la mayor parte de esos indecisos son votantes independientes y moderados ideológicamente que no ven con buenos ojos el extremismo que se ha observado en la campaña Republicana hasta la fecha. Pero, al mismo tiempo, el desaliento que provoca la situación económica puede provocar reacciones políticas imprevisibles.

Según las encuestas, los indecisos son, primordialmente, blancos, mujeres, de baja educación y con unos ingresos inferiores a los 25 mil dólares anuales. Están concentrados en los estados del medio oeste industrial, particularmente Ohio y Wisconsin, dos de los estados decisivos. Obama tiene, por lo general, ventaja entre esos grupos de votantes, pero éstos son también los grupos más perjudicados por la crisis económica y, por tanto, entre los que puede tratar de pescar el candidato de la oposición.

Estos debates, por tanto, tienen a este segmento como blanco principal.

En otros términos, la batalla se concentra únicamente en los swing states, los Estados indecisos, en los que nada es seguro y todo puede dar un giro repentino. Y, sobre todo, en aquellos que, merced a su peso demográfico y, por tanto, político, le reportarán más grandes electores al vencedor.

Hay Estados como California en los que los Demócratas dominan con tanta claridad y desde hace tanto tiempo que Obama —como tampoco Romney— ni habla de ellos ni apenas los visita ni les dedica demasiado dinero. Hay otros Estados (como Tennessee) en los que, por el contrario, la balanza se inclina de tal modo a favor de Romney que ni él ni su adversario se molestan en hacer campaña en ellos y no les dedican sino una parte simbólica de sus recursos.

Aunque, naturalmente, nada está escrito. No sería la primera vez que un Estado adicto a tal o cual candidato se pasara al otro bando

Arizona puede dejar de ser un bastión Republicano, gracias al empuje de la población hispana. Un 30% de los censados en Arizona son latinos. De ellos, un 77%, prefiere al presidente Barack Obama, frente al 10% que votaría a Mitt Romney, según una reciente encuesta de Rocky Mountain. Arizona ofrece 11 votos electorales.

Vale recordar que, a diferencia de otros países democráticos, donde el pueblo vota de manera directa para elegir a su gobenante, las presidenciales estadounidenses son unas elecciones extrañas, donde realmente se vota Estado por Estado y no a escala nacional

Lo que está en juego en estas 51 elecciones diferentes (una por cada Estado, más el distrito de Washington) no es aún la designación del presidente, sino la de los 538 delegados que, en un segundo tiempo, reunidos en un Colegio Electoral, elegirán al presidente. En total, los candidatos necesitan 270 de esos votos para ganar el Gobierno de la nación.

Los latinos representan el 10% del electorado estadounidense y siguen creciendo en importancia, de allí que todo el que quiera llegar a la Casa Blanca debe contar con su favor.

De ahí que, a diferencia del primer debate, la cuestión migratoria salió por fin a escena en el segundo encuentro entre Romney y Obama. Ambos disputaron sus posturas en cuanto a inmigración, y los dos afirmaron que este es “un país de inmigrantes”.

Romney recordó que su padre nació en México y que los padres de su esposa son de Gales, y preguntó por qué Obama “no cumplió su promesa”de promover una reforma migratoria integral en su primer año en la Casa Blanca. Obama respondió que ha hecho todo lo posible, a pesar de la obstrucción republicana, y recordó que Romney no sólo dijo que la ley antimigrante de Arizona era “un modelo” para el país, sino que está a favor de medidas que fomenten las deportaciones. “Quiere hacerle la vida tan dura a los indocumentados que se tendrían que marchar”, aseveró el presidente.

Los indecisos latinos pueden prolongar la incertidumbre en la campaña electoral. El sondeo (impreMedia/Latino Decisions) revela que un 32% de votantes latinos se identifica como independiente o de otro partido.

Aunque el aspirante a la reelección mantiene un claro favoritismo entre los latinos frente a su contrincante republicano Mitt Romney (67% vs 31%, según el Centro Hispano Pew), no parecen tan motivados como antes para ir a votar.

La situación económica y cruciales promesas incumplidas, como la ansiada reforma migratoria, parecen haber desencantado a los latinos.

Alberto Ampuero es periodista de Riverside, California. ampueroalberto@yahoo.com

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