¿Se oscurece el pelo con un embarazo?

¿Se oscurece el pelo con un embarazo? Sin duda, y esto se debe a los cambios hormonales únicos que experimenta el cuerpo durante este importante proceso biológico.

El pelo se oscurece con un embarazo debido a los cambios hormonales únicos del proceso.

El pelo se oscurece con un embarazo debido a los cambios hormonales únicos del proceso. Crédito: Ciro César / La Opinion

Muchas mujeres embarazadas aseguran que durante los meses de gestación y durante los posteriores a dar a luz, experimentan dos fenómenos muy curiosos: por un lado, el cabello se oscurece, algo que sobre todo acusan las mujeres que tienen un tono rubio natural; por otro lado, tienen una mayor cantidad de pelo, y también más oscuro, que crece en la zona de la tripa y en la cara, aunque también se vuelve más denso en las piernas, la espalda, los brazos, la zona púbica y las axilas.

Lo cierto es que ambos problemas tienen la misma explicación, y se encuentra en los cambios hormonales únicos que experimenta el cuerpo durante el embarazo. Al igual que como ocurre con el proceso hormonal de la niñez a la adolescencia, en el que muchas personas ven cómo se oscurece su cabello, el embarazo puede suponer una nueva adolescencia para el cuerpo, en términos de desequilibrios hormonales . Por esta razón, las melenas lisas pueden ondularse, los rizos pueden perderse o también se pueden notar cambios en la textura del cabello o en la velocidad en la que crece o en las cantidades que se pierde, sobre todo después de dar a luz, cuando el cuerpo hace el mismo proceso que en los nueve meses anteriores pero a la inversa.

De igual manera, la aparición de un exceso de vello es algo bastante habitual durante el embarazo y simplemente es un espejo de los cambios que vive el cuerpo, igual que sucede en la pubertad, cuando aparecen cantidades de vello no vistas en la niñez. Es necesario tener en cuenta que ningún médico recomienda usar cremas depilatorias ni productos que tiñan el pelo, puesto que sus componentes pueden ser absorbidos por la sangre y afectar de algún modo al embarazo, por lo que conviene asegurarse de que se usa un producto adecuado en caso de teñirnos el cabello, ya que probablemente se recomendarán los productos vegetales o de hierbas. Para la depilación, se aconseja usar cera o maquinilla o rasurarse en su defecto.

Las mujeres embarazadas experimentan un aumento de su volumen de sangre para permitir que esta llegue al útero y que puedan satisfacerse las necesidades metabólicas del feto. Con este proceso, se produce mayor pigmento en la piel, y al igual que en el cabello y el vello, la piel puede sufrir una hiperpigmentación, con lo que determinadas zonas parecerán más oscuras. Además, esta mayor producción de sangre afecta a la cantidad de grasa, que necesita expulsarse a través de las glándulas sebáceas, por lo que puede sentirse la piel más grasa y con síntomas de acné.

Los ginecólogos consideran que estos cambios suelen ser habituales a partir del cuarto mes de gestación. Entre los dos y los cuatro meses tras haber dado a luz o tras dejar de amamantar al bebé, el proceso de crecimiento del cabello acelerado y la mayor fuerza en el vello empezará a vivir un proceso contrario e incluso podrá sentirse que se pierde más cabello del habitual.

Este episodio sorprende sobre todo a las madres primerizas, pero es algo que suele suceder en cada embarazo, y es posible que tras cada bebé, las mujeres puedan notar que sus cuerpos han absorbido algunos de estos cambios, y que ya no necesitan depilarse con la misma asiduidad o que tienen un cabello más rizado que antes del embarazo. Cualquiera de estas opciones es muy común y su explicación es tan fácil como que cualquier cambio hormonal puede suponer una nueva etapa para cualquier cuerpo.

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