Ascenso y caída de un narcotraficante

"Mi Sangre", de humilde chico de barrio a uno de los capos más temidos

Henry de Jesús López Londoño fue detenido en Buenos Aires, Argentina y es considerado uno de los principales abastecedores de cocaína de los Zetas.

Henry de Jesús López Londoño fue detenido en Buenos Aires, Argentina y es considerado uno de los principales abastecedores de cocaína de los Zetas. Crédito: EFE

BOGOTA, Colombia.— El arresto de Henry de Jesús López Londoño, alias “Mi Sangre”, en Argentina, fue una noticia tomada con entusiasmo por las autoridades de Colombia, México y Estados Unidos, ya que el narcotraficante es considerado uno de los grandes abastecedores de cocaína de los cárteles mexicanos, particularmente del violento cartel de los Zetas.

El detenido proviene de una humilde barriada de Medellín, desde donde, tras ganarse la confianza de los grandes capos y paramilitares, escaló posiciones hasta ser un jefe indiscutible de la mafia del narcotráfico de Colombia.

“Mi Sangre” o “Carlos Mario”, el otro apodo con el que se le conoce, fue detenido el martes en un restaurante de las afueras de Buenos Aires, donde se afincó hace unos dos años junto a su esposa y dos hijos.

Desde allí manejaba una red mafiosa que lo convirtió en el principal abastecedor de cocaína al cártel de los Zetas, reveló el director de la Policía Nacional de Colombia, el general José Roberto León.

Este colombiano nació en el barrio Boston de Medellín, la ciudad que fue cuna del cártel que estuvo liderado por el temido Pablo Escobar hasta inicios de los años noventa del siglo pasado.

A sus 41 años “Mi Sangre” controlaba hasta su detención la temida Oficina del Envigado y la banda Los Urabeños, dos de las más grandes organizaciones criminales de Colombia dedicadas al narcotráfico y la extorsión.

Su carrera fue meteórica desde los bajos fondos de Medellín- comenzó en una banda del barrio Los Colores y a los 20 años era “soldado raso” o “lavaperros” de la Oficina del Envigado, creada por Escobar para cobrar cupos a los exportadores de drogas ilícitas, gestionar dinero para acciones armadas y lavar dinero.

Tras la muerte del gran capo, en 1993, esta organización quedó en manos del paramilitar Diego Fernando Murillo, alias “Don Berna”, quien fue extraditado a EEUU en 2008, fecha en la que se hizo cargo Maximiliano Bonilla, alias “El Valenciano”, detenido en Venezuela en diciembre de 2011.

Fue así como “Mi Sangre” se colocó al frente de esa oficina, al tiempo que colaboraba desde la cúspide con Los Urabeños, una banda nacida tras la disolución en 2006 de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y que hoy día domina el norte de Colombia y distribuye toneladas de droga a través del caribeño golfo de Urabá.

El general León indicó que “Mi Sangre” salió de Colombia acosado por la presión de las fuerzas de seguridad del Estado y reveló que en los dos últimos años ha viajado por Ecuador, Venezuela, Uruguay, Paraguay, Brasil, Panamá, Argentina y México.

En este tiempo esquivó varios operativos policiales, el último en Paraguay, que se desactivó al coincidir con la salida del poder del presidente Fernando Lugo.

López Londoño ha estado vinculado desde joven con el crimen y tuvo un papel muy activo en las AUC hasta 2005, cuando se desmovilizó y se integró en las bandas criminales que formaron mandos medios de esa organización paramilitar de la ultraderecha.

Fue uno de los jefes del Comando Centauros de las AUC, en los Llanos Orientales, adonde fue enviado por Vicente Castaño, hermano de Carlos Castaño, el que fuera máximo jefe paramilitar. Su cometido fue contribuir a la expansión del bloque armado ilegal.

Rápidamente se ganó la confianza de Daniel Rendón, alias “Don Mario”, quien dominaba esa región del centro de Colombia y uno de los hombres más temidos durante años.

De los Llanos saltó a Bogotá para crear el Bloque Capital, abrió oficinas de cobro en los mercados del contrabando y se hizo con el control del narcotráfico en esta gran urbe.

En septiembre de 2005, cuando se retiró de las AUC, regresó a Medellín para trabajar con la Oficina del Envigado y Los Urabeños, aunque siguió controlando el tráfico de drogas en Bogotá, según la revista Semana.

Tras la detención de “Don Mario” en 2009, “Mi Sangre” y los hermanos Dairo y Juan de Dios Úsuga, antiguos guerrilleros del Ejército Popular de Liberación (EPL), se pusieron al frente de Los Urabeños y tomaron gran control del territorio, hasta el punto que en diciembre de 2011 organizaron un paro armado que puso en jaque al Estado.

La detención de “Mi Sangre” sigue a la del pasado septiembre en Venezuela del “Loco Barrera”, alias de Daniel Barrera, quien, según dijo entonces del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, era el último gran narcotraficante colombiano en libertad, por lo que se considera como un verdadero golpe al narcotráfico.

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