Guardaespaldas a la moda

Guardias de seguridad tendrán que usar atuendos más elegantes

Para evitar que se confundan con guardias no profesionales,  empresas de seguridad de México les cambiarán su imagen.

Para evitar que se confundan con guardias no profesionales, empresas de seguridad de México les cambiarán su imagen. Crédito: <copyrite>La Opinión - </copyrite><person>Archivo< / person>

MÉXICO, D.F.— Hartas del servicio de escoltas “caníbal”, “deformado” y “malvendido” que se ofrece en México, ocho de las más importantes empresas de seguridad privada en el país firmaron hace unos días una alianza que busca “dignificar” el trabajo que la inseguridad ha multiplicado sin control.

Para distinguirse de las aproximadamente 10,000 compañías apócrifas –sin registro oficial- que actualmente operan en los 32 estados de la república, la Alianza por la Seguridad Privada en México incluyó en su nueva estrategia de mercadotecnia una transformación “chic” de su personal.

Elegantes trajes sastre, chamarras, chalecos, pantalones de vestir, camisas, guayaberas y hasta corbatas blindadas reemplazarán, a petición de los clientes, los tradicionales uniformes que los hace ver como llamativos policías en lugar de sigilosos guardaespaldas, guardias intramuros o de portería.

“Buscamos mejorar el diseño para ganar tecnología, comodidad e innovación, pero sobretodo discreción”, dijo Alejandro Tabares, director comercial de la empresa colombiana Miguel Caballero, que colaborará con la Confederación Nacional de Empresarios de Seguridad Privada (Conesprysir) que integra el 60% de los 450,000 guardias registrados oficialmente en el país.

Miguel Caballero inició su protección con atuendos blindados “fashion” casi por obligación: guardias colombianos necesitaban lucir como estudiantes pudientes para pasar desapercibidos entre los juniors que custodiaban.

Así aligeraron las ropas: el peso del blindaje pasó de 3.5 kilos a sólo 800 gramos con capacidad para resistir impactos de balas calibre 22 y 44; 357, nueve milímetros, uzis y uzis automáticas.

Desde la expansión a México, hace siete años, la empresa replicó el esquema en universidades y corporativos, entre ellos Banorte y Palacio de Hierro, aunque su principal clientela busca protección de vehículos de gobiernos estatales, municipales y el federal.

Blinda, por ejemplo, helicópteros, embarcaciones y vehículos terrestres de la Marina, secretarías de seguridad pública y procuradurías de casi todos los estados.

“México es nuestro principal mercado en Latinoamérica por los niveles de inseguridad que ha alcanzado”, precisa Tabares. “Nuestro objetivo es que quienes quieren agredir no se enteren de que el blanco está blindado”.

Los escoltas asociados en Conesprysir pretenden justamente ese nivel de reserva en sus actividades, pero están conscientes que el hábito no hace al monje: a la par de los cambios de imagen realizarán cursos de profesionalización para demostrar que son diferentes a los guardias “patito” (informales).

“Hoy los empresarios contratan a sus custodios sólo por la apariencia, recomendaciones o de plano sólo convierten a sus choferes en guardias”, lamenta Santiago Aguilera, tesorero de la organización.

El dinero que fluye por la protección personal, corporativa o institucional en México es por millones: la Policía Federal utiliza a uno de cada cuatro de sus elementos para proteger a funcionarios mientras las empresas gastan en promedio alrededor de 150,000 dólares anuales en seguridad privada para evitar pérdidas mayores.

Sólo el robo de transporte de carga y de vehículos – la actividad más redituable para el crimen organizado después del narcotráfico- aumentó entre 2008 y 2011 un 71% al pasar de 59,741 atracos a 82,510 en los tres años, según la Asociación Nacional de Empresas de Rastreo y Protección Vehícular.

Los guardias privados dicen que con todos los riesgos tienen un enemigo mayor en contra: la normatividad.

“Cada estado tiene su propia legislación que no es uniforme con la ley federal y muchas veces tenemos que pagar doble tributo”, se queja Arnulfo Garibo, presidente de Conesprysir. “Además no podemos portar armas, salvo contadas excepciones, cuando la compañía es muy poderosa y logra los favores del gobierno, de lo contrario , estamos desarmados”.

De ahí la preocupación por transformar la imagen y la actitud en el próximo sexenio. La Alianza por la Seguridad Privada en México es un parteaguas en el “reordenamiento” de la protección personal privada, una de las industrias más prósperas del país con1,600,000 guardias –entre registrados y clandestinos- casi tres veces más guardias que en Europa, donde existen 690,000.

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