11 años de lágrimas por el 587

Trasladan la ceremonia a iglesia de El Bronx debido a daños causados por huracán

En la ceremonia del año pasado, Nana Abreu (der.) de Islandia, Nueva York, derrama lágrimas luego de colocar flores en el monumento recordatorio en honor al esposo de su sobrina, Luis Arturo Pichardo, en   Belle Harbor, Queens.

En la ceremonia del año pasado, Nana Abreu (der.) de Islandia, Nueva York, derrama lágrimas luego de colocar flores en el monumento recordatorio en honor al esposo de su sobrina, Luis Arturo Pichardo, en Belle Harbor, Queens. Crédito: AP

EL BRONX – Las consecuencias del huracán Sandy obligarán a que la misa de recordación por las víctimas del vuelo 587 que se estrelló en 2001 en Belle Harbor, Queens, tenga que ser trasladada hoy a la Iglesia Católica Holy Spirit, en El Bronx.

Este año se cumple el undécimo aniversario del accidente y la ceremonia, que tradicionalmente se celebra en el lugar donde ocurrió la tragedia, se ha tenido que reubicar, ya que Belle Harbor, en pleno Rockaways, fue una de las zonas más castigadas por el huracán.

La decisión de celebrar la misa en esta parroquia de El Bronx -que tendrá lugar a las 9 a.m.- ha sido tomada en consonancia con las familias de las víctimas y el asambleísta de origen dominicano, Guillermo Linares, de acuerdo a Evelyn Erskine, representante de prensa de la alcaldía de Nueva York.

El párroco oficiante será Ricardo Fajardo, destacado pastor dominicano de la Arquidiócesis de Nueva York, y la dirección del templo es 1940 Burnside Avenue.

En el avión que se estrelló el 12 de noviembre de 2001, un Airbus de American Airlines con destino a Santo Domingo, viajaban 260 personas entre pasajeros y tripulantes. El 90% eran de nacionalidad u origen dominicano. Todos perecieron.

La tragedia ocurrió apenas dos meses después de los atentados contra las Torres Gemelas y, hasta el día de hoy, sigue siendo el segundo peor accidente de la historia de la aviación estadounidense.

El paso de Sandy por el barrio de Belle Harbor arrojó un saldo de 10 vecinos muertos y 14 viviendas completamente calcinadas por incendios, además de otros cuantiosos daños materiales, cortes de electricidad que van a tardar varias semanas aún en ser reparados y grandes acumulaciones de escombros.

En 2001, 50 residentes de la comunidad perdieron la vida en los ataques del 11 de septiembre, y otros cinco al desplomarse sobre ellos el vuelo 587.

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