No es prosciutto, es jamón ibérico

Nueva York – Lo vemos en numerosos menús de restaurantes, en supermercados y en reuniones familiares, ya que es uno de los embutidos más buscados. Pero aunque pareciera que nadie sabe o nota la diferencia, no es lo mismo comer un trozo de prosciutto que uno de jamón ibérico.

Saúl Sola, vicepresidente de ventas de Osborne, grupo propietario de la marca de jamón ibérico 5J, explica que las diferencias tanto en su origen como en su creación son varias, y van desde el tipo de cerdo que se usa, la alimentación de dichos animales y el tiempo de curación del producto.

En principio, el prosciutto debe venir de Italia para poder llevar ese nombre; mientras que para llamarse jamón, bien sea ibérico o serrano, tiene que ser de España. El producto italiano es curado por un máximo de dos años, lo que le da ese sabor más húmedo y suave, y ese color rosado.

El jamón ibérico, llamado el “caviar español”, lleva un proceso de curación de tres años, supervisado por los maestros jamoneros, quienes se encargan de garantizar que se cumplan y vigilen todos los pasos, según explica el representante de la antigua marca de jamón, fundada en 1879 en Jabugo, la cuna de este producto.

Otra de las diferencias principales del jamón ibérico es que éste proviene de cerdos negros, criados de manera libre en la Península Ibérica. El cerdo negro es descendiente del jabalí salvaje que se encontraba en esa zona hace miles de años. La dieta de estos animales se basa en bellotas, que son ricas en proteínas, fibra, calcio y hierro, entre otros elementos.

El proceso de preparación del jamón ibérico, para explicar de manera sencilla, comienza entonces con la salazón, cuando se recubren todas las piezas con sal para favorecer la deshidratación y conservación de las mismas. Luego se secan por entre dos o tres meses de manera natural, para luego ser colgadas en las bodegas por aproximadamente tres años.

Mientras que el prosciutto se usa mucho para preparar diferentes recetas, así como en sándwiches y ensaladas, los conocedores aseguran que el jamón ibérico es mejor solo, acompañado de una buena copa de vino.

“El jamón ibérico es una obra de arte culinaria que nace de la pureza de animales en un ambiente de libertad con muchos, muchos años de experiencia y valores de las familias españolas”, agrega Sola.

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