Tradicional y femenina, moda primavera-verano en México (fotos)
La Fashion Week en México abrió con las propuestas primavera-verano de Pineda Covalín y David Salomón.
Tendencias primavera-verano en el Fashion Week de México. Crédito: AP Photo / Eduardo Verdugo
MEXICO (AP) – Los diseñadores de moda demostraron que la mujer mexicana tiene una personalidad múltiple durante la primera jornada de la temporada primavera-verano 2013 del Mercedes-Benz Fashion Week México.
La firma mexicana de ropa y accesorios Pineda Covalín evocó el aguerrido espíritu de Frida Kahlo para proponer una mujer moderna que sin temor abraza su pasado prehispánico. David Salomón, imaginó una femineidad etérea que surge en la luna pero que se convierte en princesa de las pasarelas.
La primavera-verano 2013 de Pineda Covalín será para rejuvenecer sin apartarse de sus raíces. En su nueva colección la firma evocó el espíritu mexicano con una versión moderna de Frida Kahlo. Un puñado de modelos en trajes de baño lucieron los emblemáticos pañuelos de Pineda Covalín como tocados elaborados y simples que remitían la imagen de la pintora.
La Frida de Pineda Covalín alcanzó el punto álgido con dos vestidos veraniegos de caída larga sujetados con tirantes en forma de moño que con su volumen emulaban las amplías faldas que usaba Kahlo.
La firma, reconocida por su maestría en los estampados en seda y la confección de pañuelos con motivos mexicanos, invitó al novel Daniel Andrade para colaborar en su nueva colección. El creador conservó el ADN de Pineda Covalín pero con un toque arriesgado, como el de sus clientes jóvenes y atrevidas, que incluyen a la cantante Alejandra Guzmán.
La sinergia entre Andrade y la firma, concebida por Cristina Pineda y Ricardo Covalín, dio forma a vestidos ligeros confeccionados en seda con estampados prehispánicos y gasas de seda que fueron modernizados gracias pañuelos de la marca se convertían en una especie de chaqueta rockera sobre los hombros de las modelos.
Andrade evitó la monotonía al incluir atuendos relajados que funcionan con las mujeres contemporáneas quienes pueden combinar, por ejemplo, un pantalón estampado en tonos grises con una blusa de gasa y drapeados al frente para la oficina y transformarlos en un atuendo de noche.
La línea incluyó siluetas más juveniles como faldas-pantalón, “jumpers” y pantalones pata de elefante en tonos uva, beige, rosas y turquesa.
En cuanto las piezas para caballeros, la propuesta incluyó guayaberas a juego con pantalones de seda con estampados psicodélicos, que a pesar de ser muy extravagantes resultaban adecuados para la playa.
Para su cierre, Andrade, Pineda y Covalín, jugaron con texturas y el color en un dramático vestido de hombro asimétrico que semejaba un caleidoscopio. El modelo tenía un moño enorme, del tipo que sólo una mujer como Kahlo luciría con aplomo.
Por su parte, David Salomón entendió a la perfección que cada temporada trae consigo un dejo de ensoñación. Por ello propuso una colección primaveral en su mayoría integrada por románticos vestidos capaces de cumplir el sueño de toda mujer: ser una princesa que nace en la luna y que en la Tierra rige las pasarelas.
Salomón, uno de los favoritos entre las celebridades, ofreció una simple, pero sólida colección integrada por vestidos de cóctel y de noche con cortes clásicos que fueron elevados gracias a la aplicación de tonos dorados y plateados.
Para su clientela juvenil, propuso vestidos cortos con terminaciones amplias confeccionados en materiales como tafeta y chantung de seda, mientras que para la noche, la mayoría fueron piezas dramáticas tipo columna.
En ambos, el diseñador, conocido por su estilo hippie-chic, enfatizó con tirantes llenos de pedrería, cristales y canutillo que si las mujeres llevan algo en sus hombros es sensualidad, pues toda su propuesta deja esta parte al descubierto con escotes en V o con botones y cintas que al ser atadas formaban un triángulo.
El mexicano, cuyas creaciones han sido lucidas por actrices como Eva Longoria, Kate Walsh y Teri Hatcher, conoce su mercado, ubicado en la élite del espectáculo y damas de sociedad, a la perfección y para ellas presentó trajes llenos de brillo dorado y plateado.
Sobresalió uno largo, revestido de lentejuelas grises que a pesar de ser opacas con cada paso de la modelo emanaban un brillo propio de una alfombra roja, además de otro similar revestido de lentejuelas doradas.
El creativo ofreció unos chispazos de creatividad cuando envió un par de juveniles rompers a la pasarela, entre los que sobresalió uno con el hombro y espalda trabajados con tal maestría que la modelo se convirtió en un tulipán.
