¿Cómo saber si eres workaholic?

Es una realidad: vivimos en un mundo muy competitivo, el éxito le pertenece a aquellos que dan el máximo y lo mejor de sí mismos. Pero ¿cuál es el límite?, ¿hasta dónde debemos llegar?

El término workaholic, de acuerdo con el diccionario urbano, se refiere a personas que son adictas al trabajo. También describe que estas tienen muy pocos amigos, padecen de altos niveles de estrés y desórdenes del sueño entre otros síntomas. Pero más allá de los síntomas físicos, hay grandes rasgos emocionales, los cuales claramente los identifican.

¿Trabajas para vivir, o vives para trabajar?

Esa es la gran pregunta. Evidentemente todos tenemos aspiraciones, metas profesionales y necesidades económicas. El problema surge cuando se nos hace difícil separar nuestro trabajo de nuestra vida personal.

Quienes padecen de esta adicción, por más que traten, no pueden dejar de pensar en su trabajo, a la menor oportunidad posible se conectan a Internet desde su móvil o desde la computadora de su casa, con la excusa de chequear sus correos electrónicos, pero terminan revisando informes relacionados con su trabajo.

¿Suena familiar? Los adictos al trabajo tienden a ser controladores ya que se les dificulta delegar y para nada les interesa ser miembros de un equipo en la oficina. El perfeccionismo no los deja razonar, nada es suficientemente bueno para ellos. La vida social no es su más fuerte característica y en la mayoría de los casos ni tienen amigos.

La vida íntima de los workaholics es totalmente disfuncional, ya que no pueden parar de pensar en el trabajo y, por supuesto, su vida familiar siempre está en estado de crisis. El porcentaje de divorcio entre personas que son adictas al trabajo, lamentablemente, es el doble en comparación con parejas donde no hay adictos al trabajo.

Lo peor es que los hijos de las personas que padecen de este disturbio emocional, tienen una incidencia de padecer de ansiedad, depresión y otros problemas emocionales.

Existen serias preocupaciones en cuanto al estado de salud de los adictos al trabajo, ya que debido a los malos hábitos alimenticios, los altos niveles de estrés y la poca atención que le prestan a su salud, terminan padeciendo de enfermedades crónicas las cuales en casos severos, les pueden causar hasta la muerte.

No todo está perdido

Según el refrán, mientras haya vida hay esperanza, y aplica hasta en los peores casos. Al igual que cualquier otra adicción, para que tenga solución, hay que admitir y reconocer que hay un problema.

Si piensas que no lo puedes hacer sola, consulta un profesional, puede ser un psicólogo o un consejero profesional. También existen grupos de apoyo, los cuales son muy efectivos para ayudar a los adictos al trabajo, a recuperarse y disfrutar nuevamente de una vida balanceada y saludable.