Encuentra esas fugas de dinero: te damos 3 tips

Dejar una propina, comprar un chocolate, un refresco o un café, pueden parecer un gasto menor; sin embargo, a largo plazo pueden resultar más relevantes para tu salud financiera de lo que aparentaban.

“Normalmente nos preocupamos solamente de los principales gastos, que son de billetes o de montos grandes, pero muchos se sorprenderían de la cantidad de dinero que se va en en los ‘gastos hormiga'”, señala Uriel Galicia, director de Educación Financiera de BBVA Bancomer.

“Estos gastos son aquellos que consisten en montos pequeños pero frecuentes, que muchas veces no nos duele gastar”, explica, “a veces sólo son monedas, pero cuando se van sumando se convierten en algo verdaderamente relevante”.

Por ello, Galicia recomienda tomar plena conciencia de este tipo de compras para, a partir de esto, modificar actitudes de compra y lograr tus metas de manera más efectiva.

“Si ahorras ese dinero, en un par de meses puedes tener una cantidad para complementar tus ahorros y comprarte algo de orden superior”, añade.

Llevar un registro de gastos resulta indispensable para tomar conciencia de este tipo de gastos, por lo cual es recomendable realizar una lista diaria en la que se incluyan todas las compras que se realizaron a lo largo del día.

“La disciplina del registro es lo que nos va a hacer sensibilizarnos de la magnitud de estos gastos hormiga, y luego uno ya podrá clasificarlos entre los que son indispensables y los que no”, comenta.

“Lo más importante de tomar esa conciencia es que, una vez que la tienes, siempre vas a poder decidir entre dos bienes, ya sea que prefieras tener esos gastos hormiga o ahorrarte la mitad y destinar ese dinero para conseguir un bien de orden superior”.

De no ser posible hacerlo de manera diaria, el especialista sugiere llevar un registro semanal, y destaca que algo fundamental en este tema es la constancia.

“Lo más importante es la disciplina, que el joven se siente al menos tres veces al mes a hacer su presupuesto y a ver todos sus ingresos y gastos con el objetivo de ver su estado financiero”, comenta, “así puede tomar decisiones, ponerse una meta de ahorro y cumplirla”.

Establecerse un objetivo resulta fundamental para poder comenzar a ahorrar una vez que se identifican los gastos hormiga o los innecesarios, indica Galicia.

“El tener una meta es un tema importantísimo”, subraya, “en los jóvenes está relacionado con poder conseguir un bien de orden superior, y éste puede ser eventualmente un carro, una computadora, un iPad o un viaje, por ejemplo”.

“Ese es el gran motor del ahorro: definir qué quiero, cuándo lo quiero, cuánto cuesta y los ajustes que tengo que hacer en mi presupuesto para lograrlo”, dice , “no es el ahorro por el ahorro, sino el ahorro para conseguir una meta”.

En cuanto al monto destinado al ahorro, Galicia sugiere considerar al menos el 10 por ciento de los ingresos al mes a una cuenta personal.

1. Registra diariamente en una libreta dedicada a ello, tus gastos. Al menos hazlo cada semana.

2. Por lo menos 3 veces al mes revisa tu presupuesto, tus gatos y haz los ajustes necesarios.

3. Fija una meta de lo que quieres logar con tu ahorro: comprar un auto, hacer un viaje, mejorar la casa, etcétera.