Oraciones en público ocasionan polémica

Continúa la querella sobre esa práctica en lugares comunes

WASHINGTON, D.C.— Sucede todas las semanas en reuniones del ayuntamiento, del condado y del concejo municipal en diferentes lugares del país. Un legislador o líder religioso ofrece una plegaria antes de que las autoridades comiencen a trabajar y tratar temas pertinentes sobre los cambios de zonificación, la aprobación de contratos y la recolección de basura.

Pero los ciudadanos se oponen cada vez más a estas prácticas, aunque algunas de ellas se llevan a cabo desde hace varias décadas. Por lo menos cinco demandas judiciales en el país, en California, Florida, Missouri, Nueva York y Tennessee, están recusando fuertemente estas plegarias previas a las reuniones.

Los abogados de ambas partes dicen que reciben una nueva queja casi todas las semanas, aunque éstas no terminan siempre en el tribunal. Cuando terminan siendo una causa judicial, al parecer hasta los jueces tienen dificultad para establecer los límites sobre cuáles son las maneras aceptables de rezar. Algunos abogados y legisladores creen que es solo una cuestión de tiempo antes de que la Suprema Corte deba intervenir para resolver las diferencias. Un juez se negó previamente a considerar el tema, pero los abogados de un caso de Nueva York tienen pensando en diciembre solicitar a los jueces que reconsideren la causa. Incluso si un tribunal no acepta ese caso en particular, podría aceptar uno semejante en el futuro.

Los legisladores que defienden la práctica de las plegarias citan a los fundadores de la nación y afirman que están siguiendo con una larga tradición de decir una oración antes de comenzar con las reuniones públicas. Señalan que los residentes no tienen la obligación de participar, y además consideran que incluir una plegaria agrega un tono de solemnidad a las reuniones y funciona como un recordatorio para hacer un buen trabajo.

“Es un sentimiento tranquilizador”, dice Gow Fields, alcalde de Lakeland, Florida, sobre las plegarias, que han provocado un sostenido conflicto legal con un grupo de ateos. El orden del día para la reunión de la Comisión Municipal ahora comienza con un aviso de descargo de responsabilidad en el que se especifica que cualquier plegaria que se realice antes de la reunión es un “acto voluntario de un ciudadano individual” y que no cuenta con el apoyo de la comisión.

Los ciudadanos y los grupos que se sienten incómodos con las plegarias dicen que están luchando contra una combinación inadecuada de religión y política.

“No me hace sentir bienvenido”, dice Tommy Coleman, hijo del pianista de una iglesia que se autodescribe como un humanista secular que cuestiona las plegarias previas a las reuniones en el Condado Hamilton de Tennessee.

Coleman, de 28 años, y Brandon Jones, de 25 años, urgen al condado a adoptar un momento de silencio en su reunión semanal en vez de comenzar con una plegaria.

Varios grupos están dispuestos a colaborar con demandas semejantes a las presentadas por Coleman y Jones. Annie Laurie Gaylor, co-fundadora de la fundación Freedom From Religion (Libertad de la Religión), con sede en Wisconsin, señala que uno de los casos más frecuentes que recibe su organización son las quejas por las plegarias.

Cuando los ciudadanos hacen este tipo de reclamo, la fundación de Gaylor envía cartas a los legisladores urgiéndoles descontinuar la práctica de las plegarias. Otros grupos, entre ellos la Unión en Defensa de las Libertades Civiles de EEUU. (ACLU, en inglés) y la organización de Estadounidenses Unidos por la Separación de la Iglesia y el Estado, con sede en Washington, también envían cartas semejantes.

Ian Smith, abogado de Estadounidenses Unidos por la Separación de la Iglesia y el Estado, afirma que su organización ha recibido más quejas en los últimos años. Esto puede deberse a que las personas se animan más a dar a conocer su opinión o tienen mayor conciencia de sus opciones, pero Smith también señaló que los grupos de derecha también han promovido la adopción de las plegarias.

Brett Harvey, abogado de la Alianza en Defensa de la Libertad, un grupo cristiano con sede en Arizona que con frecuencia ayuda a los ayuntamientos a defender sus prácticas, tiene otro punto de vista. Dice que los grupos liberales han hecho un esfuerzo coordinado para presionar a los gobiernos locales a que abandonen la práctica de las plegarias, lo que ha generado más demandas.

“Es realmente un tipo de campaña basada en el temor y la desinformación”, señaló Harvey.

Harvey habló con cientos de ayuntamientos sobre sus políticas y ha participado en más de 10 casos judiciales en los últimos tres años. Hoy su asesoramiento difiere según las diversas zonas del país, debido a que la ley fluctúa.

Los tribunales del país no se ponen de acuerdo en lo que se considera aceptable y no han considerado el tema. En 1983, la Suprema Corte de EEUU. aprobó la práctica de plegarias previo a las reuniones legislativas, afirmando que decir una oración no viola la famosa Cláusula de Establecimiento de la Primera Enmienda, que prohíbe al gobierno favorecer una religión sobre otra. Pero el caso no estableció límites para esas plegarias, y hoy no hay consenso entre los jueces sobre lo que es permisible.

Por ejemplo, el dictamen de un juez en 2011 afirma que las plegarias antes de las reuniones legislativas en Maryland, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia y West Virginia no deben ser denominacionales ni sectarias. Esto significa que la persona que guía la plegaria debe usar palabras generales como “Dio”” y “nuestro creador” pero no términos como “Jesús”, “Cristo” ni “Alá” que son particulares a una sola religión.

La ley varía en los tribunales de Florida, Georgia y Alabama. En 2008, un tribunal federal de apelaciones encargado de la supervisión de dichos estados corroboró la práctica de las plegarias en el Condado Cobb de Georgia, donde se había invitado a un grupo de miembros religiosos a ofrecer una plegaria antes de sus reuniones. Las plegarias eran predominantemente cristianas y a menudo incluían referencias a Jesús.

No obstante, los ayuntamientos que reciben quejas han dado otro tipo de respuesta. Algunos han realizado cambios, tanto en forma voluntaria como con reservas. Otros han decidido defender sus tradiciones.

En 2010 los residentes de Lancaster, California, por ejemplo, votaron por amplia mayoría continuar con las plegarias, a pesar de enfrentarse a la amenaza de una demanda judicial. El alcalde R. Rex Parris afirma que la ciudad de 158,000 habitantes ya ha gastado unos 500,000 dólares para defender sus prácticas, y espera gastar más fondos antes de que concluya el caso. Dijo que este tema lo amerita, porque ha unido a la gente.

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