Aumentan en todo el país casos de diabetes
Crecen en más del 50% en 42 estados
Las tasas de prevalencia de la diabetes aumentaron drásticamente en todo el país entre 1995 y 2010, informaron los investigadores del Centro para el Control de Enfermedades (CDC, en inglés) de EE UU en la edición del viernes pasado del Informe semanal de enfermedad y mortalidad.
Al utilizar los datos del Sistema de vigilancia de los factores de riesgo conductuales, una encuesta telefónica anual que se realiza a adultos de 18 años o más, los investigadores observaron que, en general, la prevalencia media de diabetes diagnosticada aumentó de 4.5% en 1995 a 8.2% en 2010.
La prevalencia se incrementó en todos los estados, el distrito Columbia y Puerto Rico, y se observó un aumento de la media de 4.5% a 8.2%. Las tasas de diabetes más altas se registraron en la Región Sur y en los Apalaches, donde las tasas de Alabama, Misisipi, Carolina del Sur, Tennessee, Texas y Virginia Occidental superaban el 10% en 2010. Las tasas también superaban el 10% en Puerto Rico.
Entre los estados con la menor prevalencia de diabetes, entre 6.0% y 6.9%, se encontraron Alaska, Colorado, Connecticut, Iowa, Minnesota, Montana, Dakota del Norte, Oregón, Dakota del Sur, Wisconsin, Vermont y Wyoming. En California, 8.6% de las personas padecían la enfermedad, lo que representa un aumento de 38% desde 1995.
En resumidas cuentas, las tasas aumentaron 50% o más en 42 estados y 100% o más en 18 estados. Los mayores aumentos se registraron en Oklahoma (226%), Kentucky (158%), Georgia (145%), Alabama (140%) y Washington (135%).
Los representantes de CDC indicaron que las nuevas cifras son una simple muestra de lo que sucederá a menos que las agencias de salud pública encuentren la forma de combatir la diabetes tipo 2, que se estima que fue diagnosticada a 18.8 millones de personas en 2010.
“Estas tasas continuarán aumentando hasta que se implementen intervenciones y políticas eficaces para prevenir la diabetes y la obesidad”, indicó Ann Albright, directora de la División de Diabetes Aplicada de la agencia.
Las nuevas estadísticas de prevalencia no incluyen a las mujeres con diabetes gestacional ni a las personas diagnosticadas con diabetes limítrofe o “prediabetes”.
También esta semana, CDC lanzó un Atlas interactivo de la diabetes, una nueva herramienta para ayudar a los estadounidenses a rastrear la incidencia de la diabetes en distintas partes del país y dentro de los estados, así como información sobre obesidad y actividad física.
En el marco del Día Mundial de la Diabetes, que se celebró la semana pasada, el jefe del Servicio de Endocrinología del Antiguo Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, Héctor Gómez Vidrio, dijo que la mejor forma de combatir la enfermedad es la prevención.
Subrayó la necesidad de fortalecer acciones de concientización y de prevención ante el aumento de pacientes con esta enfermedad, por lo que desde el año 2007 se constituyó un día oficial de las Naciones Unidas para ello.
Explicó que la diabetes es un conjunto de trastornos metabólicos que afecta órganos y tejidos y se caracteriza por el aumento de niveles de glucosa en la sangre y puede ser de los tipos 1, 2, y Gestacional.
El especialista señaló que algunos de los síntomas de la diabetes son: orinar de forma excesiva, aumento en la necesidad de comer, incremento de la sed y pérdida de peso sin razón aparente; son factores de riesgo la herencia, malos hábitos alimenticios y la obesidad.
Indicó que las secuelas de la diabetes son los problemas renales, los cuales pueden comenzar por infecciones urinarias; los problemas visuales, uno de los más comunes es la retinopatía diabética y hasta 25 por ciento de las cegueras pueden tener esta causa.
Asimismo, comentó que son muy frecuentes en quienes padecen diabetes las infecciones en la piel, úlceras, ampollas y sequedad, y hasta problemas cardiovasculares, por lo que resaltó que la prevención para evitar la enfermedad es vital.
Gómez Vidrió comentó que una vez detectada la diabetes por medio de análisis clínicos, el control médico será para toda la vida y consiste en la mejora en los hábitos alimenticios, ejercicio habitual y moderado con supervisión médica, y el tratamiento farmacológico.
