Cuando la belleza huele a pólvora

Misterio sobre si ella disparó el arma que llevaba durante un tiroteo fatal

La reina de belleza, María Susana Flores,  se alistaba para intervenir en un concurso en China.

La reina de belleza, María Susana Flores, se alistaba para intervenir en un concurso en China. Crédito: AP

Mexico — Ellas quieren fortuna, joyas, lujo; ellos buscan tener a su lado alguien hermoso que lucir; y juntos, reinas de belleza y narcotraficantes, forman un tándem mucho más frecuente de lo que se cree en México.

“Estos nexos entre narcos y bellezas y, en general, entre bellezas y poder económico, político o criminal es permanente. Aquí las jóvenes son acechadas por los criminales en las escuelas, en la calle (…)”, dijo el periodista y escritor Javier Valdez en entrevista con Efe.

Valdez es autor del libro “Miss Narco” y reside en Sinaloa, el estado del norte de México donde el sábado pasado falleció María Susana Flores, ganadora de un concurso de belleza local, por disparos del Ejército.

La joven de solo 22 años iba con su novio que, según los medios locales, era miembro de la delincuencia organizada, y muy cerca de su cuerpo fue hallado un fusil AK-47.

“Me sorprende que la gente se espante y se tambalee de nuevo con estos hechos (…) La realidad es que este fenómeno, este vínculo entre crimen organizado y belleza, esta seducción y atracción a veces mutua es permanente”, aseguró el escritor ante las reacciones que generó en el país la muerte de Flores.

En su libro cuenta historias como la de Laura Elena Zúñiga, ganadora del concurso “Nuestra Belleza Sinaloa” en 2008, que fue detenida en la ciudad de Guadalajara junto con siete hombres, entre ellos su novio, quienes portaban armas y miles de dólares en efectivo.

Semanas después fue puesta en libertad porque no había pruebas suficientes que la relacionaran con el crimen organizado, pero su historia llenó las páginas de los periódicos e incluso fue llevada al cine por el director Gerardo Naranjo con su película “Miss Bala”.

En Sinaloa predomina el cartel encabezado por Joaquín “el Chapo” Guzmán, el delincuente más buscado del mundo, aunque hay presencia de otros grupos que le disputan el control de territorio como Los Zetas y los hermanos Beltrán Leyva.

“En estas regiones del país el narcotráfico dejó de ser un fenómeno policiaco de buenos y malos, y es una forma de vida que nos contamina, nos salpica, nos condiciona el trabajo y la vida diaria”, dijo Valdez.

En su opinión, los narcotraficantes y las reinas de la belleza se necesitan mutuamente, los unos porque “las ven como trofeos, como objetos, como muebles a los que hay que presumir” y las otras porque “quieren poder, riquezas, privilegios y las mieles de la criminalidad”.

“Y así como las usan, las desechan, porque no las toman como seres humanos, como personas buenas o malas, sino como objetos que se usan y se tiran y esto significa que las sacrifican para que las detenga el Ejército o las matan”, apuntó.

La vinculación entre el narcotráfico y la belleza es tal, aseguró, que incluso hay certámenes patrocinados por el narcotráfico y hay organizadores de estos concursos que tienen vínculos con la delincuencia.

Fernando Peña, director del concurso “Nuestra Belleza Sinaloa”, en el que María Susana Flores participó, pero no ganó, se defendió de estas acusaciones y aseguró que esta vinculación no es real.

“Puede ser que entre todo el país dos o tres tengan que ver algo con ellos, pero cuando rellenan la solicitud se les pide información, ellas la dan y nosotros les creemos”, señaló.

No hay controles más allá de la confianza, ni siquiera para las ganadoras de los concursos estatales que después compiten por el título nacional de “Nuestra Belleza México” y representan al país en el exterior.

“No hay investigaciones, pero sí se está cerca de ellas. Mi niña, desde el momento que la coronan, yo no me separo de ella”, contó.

Pero el caso de Flores demuestra que esa confianza a veces falla y que los vínculos, más o menos frecuentes, existen entre las mujeres bellas y los miembros de la delincuencia organizada.

“En Culiacán hay una expresión que se dice cuando una chica es muy guapa, ‘huele a pólvora’, porque seguramente estará relacionada con algún narcotraficante y es mejor no acercarse a ella porque te pueden matar”, dijo Valdez.

Muchas de estas mujeres, al igual que los narcotraficantes, siguen un lema común entre los que juegan a la violencia como forma de vida: “Más vale tres años de rey que toda una vida de güey (tonto)”.

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