Nuevos obstáculos para inmigrantes en Nebraska

Denver/EFE — La negativa del gobernador de Nebraska, Dave Heineman, de otorgar licencias de conducir a indocumentados beneficiados por el programa de acción diferida y los potenciales recortes al presupuesto de salud crean nuevos obstáculos para el acceso de inmigrantes a esos servicios.

Recientemente, el gobernador republicano reiteró su postura de prohibir que se emitan licencias de conducir a jóvenes que hayan ingresado ilegalmente a Estados Unidos, aunque esos jóvenes hayan sido traídos por sus padres y aunque ahora hayan obtenido un permiso de trabajo por parte de las autoridades federales.

El Departamento de Vehículos Motorizados de Nebraska informó de que hasta la semana pasada ya se habían rechazado ocho pedidos de licencias de conducir de jóvenes cuyas deportaciones fueron postergadas por calificar para el programa de acción diferida.

Estadísticas del Departamento de Seguridad Interna de Estados Unidos (DHS) indican que menos de 40 jóvenes de Nebraska recibieron la acción diferida.

Nebraska, Arizona y Michigan son los tres estados que explícitamente anunciaron que no darán licencias de conducir a inmigrantes aprobados para la acción diferida.

Tras el anuncio por parte de Heineman, el senador estatal Charlie Janssen, de Fremont (impulsor de una ordenanza antinmigrante en esa ciudad), felicitó al Gobierno de Nebraska “por no abdicar de sus responsabilidades” y afirmó que los indocumentados no pueden acceder a privilegios “que no podían recibir en primer lugar.”

La acción diferida abre el camino hacia la legalización a miles de jóvenes indocumentados que hayan entrado al país antes de cumplir los 16 años y residido aquí por un periodo no menor de cinco años.

Por otra parte, el aumento en el costo de los servicios de salud, debido a la entrada en vigor de las nuevas leyes federales al respecto podría llevar a recortes en los programas de salud para inmigrantes o, por lo menos, a que esos inmigrantes no sean incluidos en los nuevos servicios, según indicó un panel legislativo este martes.

En el pasado, Heineman respaldó la cancelación de programas de salud para indocumentados y se opuso a la expansión del programa Medicaid.

La Legislatura local revirtió la cancelación de programas y reactivó los beneficios para inmigrantes embarazadas. Además, el senador estatal Jeremy Nordquist (Omaha) confirmó que presentará un proyecto de ley para expandir Medicaid, en contra de los deseos del gobernador.

Pero el hecho de que esa expansión le podría costar a Nebraska entre $123 millones a $617 millones en los primeros siete años (según distintas agencias encargadas de tabular ese costo) obligaría a la Legislatura a revisar los programas de salud, si las nuevas leyes federales no generan a la vez los ahorros anticipados, de acuerdo con el mencionado panel.

En Nebraska, el 9.5% de los 1.8 millones de habitantes son hispanos. De ellos, más del 60% son inmigrantes.

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