Jenni Rivera pidió entierro con fiesta, bebida y aplausos (video)

En su tema “Cuando muere una dama” dejó instrucciones para sus hijos, su familia, sus músicos y hasta sus fans

Jenni Rivera, la diva de la Banda, en paz descanse.

Jenni Rivera, la diva de la Banda, en paz descanse. Crédito: Archivo/LO / J. Emilio Flores

A las 7:00 de la noche de este domingo, hora del este de EE.UU., las más recientes informaciones apuntaban que el mundo perdió a la diva de la Banda, Jenni Rivera, en un trágico accidente aéreo en suelo mexicano.

Los restos de la nave en la cual en horas de la madrugada viajaba Rivera, de Monterrey a Toluca, fueron hallados en territorio de Nuevo León. Sin embargo, el Secretario de Comunicaciones y Transportes de México, Gerardo Ruiz Esparza, advertía que todavía le faltaba recibir evidencias concretas sobre la matrícula y otros detalles de la nave, porque quedó sumamente fragmentada. “El escenario es desastroso”, decía Ruiz Esparza: “No hay nada reconocible, ya sea material o humano”.

Hasta que esas evidencias no fueran reveladas, la familia de Rivera en California se aferraba a la esperanza de que la Diva de la Banda estuviese con vida. Un portavoz de la familia comunicó a la prensa que siguían pidiendo oración para que todo fuera un error y que Jenni, al igual que sus acompañantes, pudiera estar bien.

Su fanaticada parecía entenderlos pero, por otro lado, se expresaba en las redes sociales más que convencida de que Jenni Rivera partió a otros escenarios. Y aunque con sus corazones destrozados, porque perdieron a su diosa de carne y hueso –humana como todos, pero soberana a la hora de interpretar viviencias- recuerdan que hoy más que nunca hay que escuchar el tema “Cuando muere una dama”. Jenni Rivera lo grabó hace unos años, pero ahí dejó todas las instrucciones sobre cómo quería que se tomara la noticia de su muerte.

A continuación, compartimos la letra de “Cuando muere una dama“:

Quiero una última parranda,

por ahí en mi funeral.

Todos los que me quisieron

la tendrán que celebrar,

recordando mi sonrisa

y mi forma de llorar.

Fui una guerrillera fuerte,

que por sus hijos luchó.

Recuerden muy bien

que en vida su madre no se rajó.

Con la frente muy en alto,

despídanla con honor.

Quiero mi grupo norteño

y que sea con todo loche.

Echense un trago por mí

y también un que otro toque.

“Ya se fue la hija del pueblo,

la mujer de los huevotes”.

“No me lloren mis plebes,

ustedes no más colecten regalías.

Y mis muchachos del grupo desatado, que siga la fumadera”.

A todas mis enemigas,

que quisieron imitarme.

Se acabó su pesadilla,

pero siempre han de envidiarme.

Siempre fui la preferida,

no pudieron alcanzarme.

Amores tuve a montones,

sé que me van a extranar.

Los que mis labios tocaron,

se los van a saborear.

Pero el amor de mi vida

es el que más va a llorar.

A mi familia querida,

mis padres y mis hermanos.

Sé muy bien que en la otra vida,

volveremos a juntarnos.

Para reír y gozar

de lo mucho que triunfamos.

No me extrañen mis jefes,

que su hija, la rebelde, por siempre vivirá.

Ya me voy a otro concierto,

voy a cantar con Adán.

Un dueto tengo pendiente,

por allá con su papá.

Saul, Viera y y Selena también me recibirán.

Que en mi lindo Playa Larga (Long Beach),

haya una última parranda.

Que me canten mis hermanos,

mi madre flores reparta,

mi padre fotografías

y mi hermana lea mi carta.

Tomen tequila y cerveza,

que toquen fuerte las bandas.

Suelten por mí mariposas

apláudanme con sus palmas

porque así es como celebran,

cuando se muere una dama.

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