Analizan política de ‘balas contra piedras’

Incidentes donde agentes fronterizos usaron fuerza mortal son revisados por la oficina del Inspector General del DHS

Un agente de la  patrulla fronteriza vigila cerca al río Granin, en Texas.

Un agente de la patrulla fronteriza vigila cerca al río Granin, en Texas. Crédito: AP

Los Angeles/Notimex — La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) de Estados Unidos inició “un análisis exhaustivo” del uso de la fuerza de sus agentes, ante el considerable aumento de incidentes mortales en la frontera con México.

Según el diario Los Ángeles Times, la revisión del protocolo sobre uso de fuerza mortal sería la medida más trascendental de su tipo en los últimos años, ya que se evaluarían las tácticas actuales y en el proceso participaría un centro de investigación independiente externo.

De acuerdo con un memorándum para la secretaria de Seguridad Interna, Janet Napolitano, el análisis de las políticas sobre uso de la fuerza será compartido con funcionarios mexicanos, que han condenado las recientes muertes de migrantes a manos de agentes fronterizos.

El memorando tiene fecha del 24 de octubre pasado y está firmado por David V. Aguilar, comisionado adjunto de la CBP.

Desde 2010, 16 personas han muerto en enfrentamientos mortales con los agentes de la Patrulla Fronteriza o de Inmigración y Aduanas, lo que ha generado críticas de grupos de derechos humanos y de algunos miembros del Congreso.

Bajo las políticas actuales, los agentes fronterizos están autorizados a disparar armas contra personas sospechosas de lanzar piedras, una práctica que es considerada excesiva por los grupos de derechos civiles.

También el gobierno de México sostiene que “el uso desproporcionado de la fuerza letal en el ejercicio de funciones de control migratorio es inaceptable bajo cualquier circunstancia”.

La política de balas contra piedras ha conducido a fatalidades como la registrada el 10 de octubre pasado en Nogales, Arizona, cuando agentes de la Patrulla Fronteriza dispararon contra un adolescente que presuntamente les arrojaba piedras desde territorio mexicano.

El mexicano José Antonio Elena Rodríguez, de 16 años, murió en el lugar, tras recibir varios impactos de bala, según informaron autoridades mexicanas.

En septiembre pasado falleció también baleada por agentes fronterizos, Valeria Munique Tachiquin, de 32 años y madre de cinco hijos en la comunidad de Chula Vista, California.

Un agente fronterizo vestido de civil disparó contra la mujer al temer ser arrollado por el automóvil que conducía Munique Tachiquin.

Ese mismo mes, agentes fronterizos dieron muerte a Guillermo Arévalo Pedraza, de 36 años, por presuntamente haberles arrojado piedras desde el lado mexicano de la frontera, en Nuevo Laredo, Tamaulipas.

Antes, el 7 de julio, dos agentes fronterizos dispararon en la margen norte del río Bravo, cerca de uno de los puentes internacionales que unen a Brownsville con la comunidad limítrofe de Matamoros, y dieron muerte al mexicano Juan Pablo Pérez Santillán.

Alrededor de la mitad de los incidentes fatales registrados en los últimos años involucran a inmigrantes que presuntamente lanzaron piedras en contra de agentes fronterizos. En la mayoría de los casos, los agentes implicados han sido absueltos de las acusaciones.

La Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional realiza actualmente una revisión de los incidentes.

De acuerdo con el memorándum, las autoridades estadounidenses promoverán impulsar los esfuerzos para mejorar la coordinación con sus similares mexicanas en zonas de alto riesgo.

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