No hay una explicación

Expertos ofrecen diferentes explicaciones sobre los motivos que causan a individuos perpetrar masacres como la ocurrida en la Escuela Primaria Sandy Hook, en Connecticut

Una multitud de personas se congregó anoche en la Iglesia Santa Rosa de Lima en Newtown, Connecticut, para orar por las víctimas.

Una multitud de personas se congregó anoche en la Iglesia Santa Rosa de Lima en Newtown, Connecticut, para orar por las víctimas. Crédito: EFE

Análisis

Luego que un joven de 20 años armado hasta los dientes y vestido con ropa de camuflaje, entró a una escuela primaria de Newtown, Connecticut, procediendo a matar a 27 personas, entre ellos 20 niños, la primera pregunta que surge es, “¿Por qué?”.

La respuesta se complica aún más después de descubrirse que el tirador también habría matado a su propia madre, que era maestra de kínder en la misma la escuela.

Las discusiones de ayer en los medios sociales, los medios tradicionales y todo tipo de expertos giraron en torno a muchos temas: salud mental, acceso a las armas, violencia en la cultura y una larga lista de posibles motivaciones, desde la falta de unidad familiar hasta una educación insuficiente.

Lo más trágico de este tipo de casos donde uno o más (generalmente uno) personas, casi siempre hombres, utilizan armas de fuego para matar indiscriminadamente a varias o numerosas personas es que es muy difícil lograr las respuestas, indicó el doctor David Reiss, de Rancho Santa Fe, California, siquiatra de profesión.

Reiss y otros profesionales de la medicina consultados ayer coincidieron solamente en algo: la aparente presencia de un problema de salud mental.

“Para decirlo de una manera simple, ¿qué persona en su sano juicio haría esto?”, dijo Reiss. “Pero el problema es que no tenemos una respuesta definitiva ni aún estando de acuerdo en que hay un problema mental”.

Según Reiss, cuando este tipo de casos se analizan en retrospectiva, se encuentran “enfermedades, traumas, cosas que tienen sentido”.

No obstante: “Por cada persona con severos problemas mentales que cometen actos de extrema violencia, hay miles con peores historias clínicas que no lo hacen”, apuntó. “Si, hay una perturbación mental, pero es muy difícil meter a todas estas personas en una misma categoría”.

Para la sicóloga forense Kathy Siefer, cuando los que realizan actos de extrema violencia son niños o extremadamente jóvenes, la presencia de un trauma severo en su edad infantil es muy probable, particularmente cuando matan a uno o a los dos progenitores.

“Las estadísticas en casos en que la persona mata a un padre o a una madre indican que en términos generales hay un nivel severo de trauma, y no necesariamente el progenitor asesinado es el que perpetró dicho trauma”, dijo Siefer, quien es experta en casos de violencia cometida por niños y jóvenes.

Adam Lanza, el presunto culpable del segundo tiroteo en masa con más víctimas de los Estados Unidos (el primer lugar lo ocupa el de Virginia Tech en 2007 donde murieron 32 personas), “quizá tenía un problema de salud mental combinado con trauma, abuso de alguna substancia, quizá pasó algo que también lo hizo cruzar la línea de lo racional”, dijo Siefer. “Pero estamos hablando de una combinación de factores, una tormenta perfecta quizá”.

Eso no lo explica todo, sin embargo.

“La mayoría de nosotros somos capaces de superar traumas y eventos sin cometer atrocidades”, dijo la sicóloga. “Algo que tienen en común muchos de estos perpetradores de tiroteos masivos es que son personas que tienden a aislarse y casi todos son hombres entre 20 y 30 años”.

Aún así, no todos los perpetradores de tiroteos masivos tenían enfermedades mentales, apuntó el doctor Danniel Flannery de Ohio State University, un sicólogo infantil.

“Con la excepción del individuo que hizo el tiroteo contra la congresista Giffords en Tucson y el que realizó los de Virginia Tech, muchos de los demás perpetradores de tiroteos similares no tenían claros indicadores de enfermedad mental”, dijo Flannery.

Este año ocurrieron 16 tiroteos en masa en los Estados Unidos, que cobraron al menos 88 vidas. El de ayer coincidió con un ataque en China, en el que un hombre con un cuchillo hirió a 22 niños en las afueras de una escuela en la provincia de Henan, pero ninguno murió, generando discusión sobre la diferencia en el resultado con el atentado en Connecticut, donde el uso de armas de fuego generó un resultado trágico.

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