Padres de El Bronx aprenden a salvar vidas

Departamento de Bomberos da cursos gratuitos de primeros auxilios

Padres de Health Opportunity High School, en El Bronx, mientras aprenden qué hacer ante una emergencia. La Unidad Móvil de Entrenamiento de CPR de FDNY ha entrenado unas 60,000 personas en los cinco condados.

Padres de Health Opportunity High School, en El Bronx, mientras aprenden qué hacer ante una emergencia. La Unidad Móvil de Entrenamiento de CPR de FDNY ha entrenado unas 60,000 personas en los cinco condados. Crédito: <copyrite>EDLP</copyrite><person> Carolina Ledezma< / person>

El Bronx – Cuando se sufre un paro cardiaco, minutos marcan la diferencia entre la vida y la muerte. Recientemente, un grupo de padres de Health Opportunity High School, en El Bronx, aprendieron que con sus manos pueden transformar esos minutos en una segunda oportunidad.

En uno de los cursos de resucitación cardiaca (CPR) que imparte el Departamento de Bomberos de la ciudad (FDNY), paramédicos les mostraron qué hacer ante una emergencia como ésta para reducir el riesgo de fallecimiento de la víctima.

Un taller de CPR cuesta entre $25 y $100, pero los de FDNY son gratuitos. Eso motivó a la dominicana Sandra López, una asistente de salud que acudió para refrescar lo que aprendió hace años. “Mis hijos y yo somos asmáticos y mi esposo padece del corazón. No sabes los sustos que me he llevado, pero que he superado por saber primeros auxilios”.

Su compatriota, Rosa Peña, quien atiende a una anciana de 86 años en silla de ruedas, resaltaba que CPR es algo que padres y estudiantes deben saber. “Siempre hay que estar preparado”.

La Unidad Móvil de Entrenamiento de CPR de FDNY ha entrenado unas 60,000 personas. Cada año dan casi mil cursos en edificios, escuelas, iglesias y a grupos de individuos que los solicitan.

“Sólo 25% de los neoyorquinos que fallecen de un infarto reciben CPR”, dijo el teniente Hugo Sosa, ecuatoriano con más de 22 años siendo paramédico de FDNY. Si bien los participantes no son certificados en CPR, “con lo que aprenden es suficiente para atender la emergencia” , explicó quien dirige a un grupo de seis instructores desde hace siete años.

Tres de ellos son bilingües como el puertorriqueño Mario Maldonado, con 13 años entrenando gente sobre cómo salvar vidas, quien durante el entrenamiento tradujo los conocimientos que impartía su compañero David Weissman. Por ahora, los cursos se ofrecen sólo en inglés y español.

“Un buen samaritano no corre riesgos legales por intentar salvar una vida”, aseveró Weissman al inicio de la sesión en la que se enseña a usar las compresiones, en vez de la respiración boca a boca.

“Antes de llamar al 911, el primer paso es tocar a la persona por los hombros para saber si reacciona”, apuntó. En la sesión, los asistentes practicaron con figuras modelos cómo hacer presión con las manos entrelazadas en el pecho de la víctima.

El ritmo es fundamental. “Hacerlo muy rápido impide que la sangre se bombee al corazón adecuadamente”, agregó el entrenador, quien también les explica cómo usar un desfibrilador.

Al terminar, el dominicano José Jesús sonreía satisfecho: “Uno no sabe lo que puede suceder, pero siempre es bueno poder ayudar a cualq uiera”.

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