Adoptar un bebé, proceso legal y los vínculos afectivos sanos

Si has tomado la decisión de vincular a un miembro nuevo a tu núcleo para crear una familia adoptiva,…

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Crédito: Morgue File

Si has tomado la decisión de vincular a un miembro nuevo a tu núcleo para crear una familia adoptiva, el primer paso que debes dar es adquirir toda la información que existe al respecto: las leyes generales y los diferentes requisitos de cada estado; debes definir el propósito y los lugares o personas legales que prestan los servicios para adoptar un bebé. Además debes de contemplar tus opciones, aceptar la intervención y estudio de los servicios sociales, si así lo requieren las leyes estatales, que se encargarán de evaluar tu hogar, para determinar si se cumplen las condiciones necesarias para el bienestar del pequeño. Paralelamente, debes establecer cuáles son los documentos legales específicos que necesitas para cumplir con los requerimientos que establezca el tribunal correspondiente, si así te lo requiere la ley. Hay estados donde la adopción es más rápida y fácil que en otros y los procedimientos cambian de uno a otro.

Si la adopción vas a hacerla en un país diferente de los Estados Unidos, entérate primero si éste sigue los lineamientos para adoptar del Convenio de La Haya, los cuales unifican las medidas de la ley internacional con respecto a procesos y condiciones en aras de la protección de la infancia y de la legalidad del trato y de las instituciones y personas que prestan este servicio. Si es un país no vinculado, asegúrate que todos los procesos, por lentos y dispendiosos que te parezcan, cumplan con los requisitos del país donde haces la adopción y permitan que ésta la realicen ciudadanos de los Estados Unidos. Por ejemplo, los estadounidenses, de acuerdo a las sanciones del Parlamento ruso del 18 de diciembre del 2012, ya no pueden adoptar niños de ese país. Infórmate también sobre los tipos de adopción legales.

Cuando ya has tomado la decisión de adoptar un bebé, debes tener en cuenta la condición emocional de tu pareja, si ya han superado el duelo de la infertilidad, si ese es el caso; si han contemplado la seriedad del compromiso de incluir a un ser que no conocen, con una historia previa y sin un vínculo consanguíneo; a largo plazo, si están en la capacidad de aceptar mantener una relación con el hijo adoptivo basada en la verdad de su condición, al tomar en cuenta que cuando él lo desee puede expresar su necesidad de conocer no solo a sus padres biológicos, sino que va a tener que resolver a su vez su propio duelo de abandono, ruptura y desvinculación en la que se funda básicamente su historia previa. Debes estar segura en fin, tú y tu pareja, de haber superado esa sensación de fracaso que va a interponerse en una paternidad sana. El amor por tu hijo adoptivo tiene la misma significación y trascendencia del de una madre biológica por su bebé.

Al superar los temores, las dudas y enfrentar la verdad y la realidad del vínculo, tu familia adoptiva no tiene porqué ser diferente a una familia biológica; de hecho, muchas veces, la familia adoptiva crea lazos más sanos en cuanto hay una motivación profunda de proteger y cuidar y amar como padres a un ser que han elegido y que les pertenece legalmente. El hecho de optar por un bebé y no a un niño más grande, te da la oportunidad de establecer vínculos tempranos en los que el niño basará su historia personal con referencia a su familia.

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