Cómo crear un estilo personal al vestir

Por naturaleza, casi todas venimos con un estilo personal determinado. Mientras unas prefieren prendas…

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Crédito: Foto de Migdalis Pérez

Por naturaleza, casi todas venimos con un estilo personal determinado. Mientras unas prefieren prendas holgadas, otras optan por ropas más ceñidas; mientras unas gustan de colores tenues, otras eligen los brillantes; mientras unas se deciden por modelos simples, otras escogen los sofisticados. Pero ¿realmente sabes cómo sacarle provecho a tu imagen? ¿Realmente conoces cómo hacerte de un talante único?

Primero que todo, debes saber qué tipo de cuerpo tienes: cuadrado, redondo, triangular (punta arriba o punta abajo) o reloj de arena. Lo segundo que tienes que tener en cuenta es el color de tu piel (aunque no lo creas, el tono de tu dermis reflejará mejor unos colores que otros). Y lo tercero, y no menos importante, es tu talla (aquí no vale autoengañarse, ¿eh?).

Al ser honesta contigo misma, te será muy fácil seleccionar el tipo de prendas de vestir y los tonos de ropa que te quedarán bien. ¿Cómo estar segura de ello? Cámbiate cuantas veces sea necesario frente al espejo, pídele opinión a tu mamá, tu hermana o tu mejor amiga, o a la vendedora, en caso de que estés en la tienda.

Es importante, y mucho, que uses ropa de tu talla. Intentar meterte en una menos no sólo hará que luzcas ridícula, sino también provocará que te sientas mal, físicamente hablando (hay quienes han sufrido hasta fatiga por ese motivo). Tampoco se vale usar una talla arriba (lucirás desarreglada y eso no es lo que quieres, ¿verdad?).

Partiendo de estos elementos, puedes hacerte de prendas que te definan y, al propio tiempo, te favorezcan. Básicamente, la idea es que aprendas a sacarle partido a tus virtudes y a ocultar tus imperfecciones (todas tenemos, pero nadie tiene que saberlo). Una vez en ese punto, toca definir tu estilo, que no es lo mismo que comprar ropa de moda sólo porque “es lo que usa”.

Ya sabes lo que te favorece y también lo que te gusta. Hazte entonces del fondo de armario que todas debemos tener, actualiza tu ropero con prendas de la temporada (sin obsesionarte) y define tus accesorios favoritos. No sin razón, estilistas concuerdan en que los complementos son “la sazón” del buen vestir.

Como ellos son los que “le dan sabor” a lo que nos pongamos, decide cuál de ellos te identifica mejor. ¿Acaso los collares y pulsos llamativos? ¿Tal vez las bufandas y pañuelos? ¿Quizás las gorras, sombreros y turbantes? ¿A lo mejor los bolsos de todo tipo y colores? ¿Posiblemente las gafas de sol o las sandalias de tacón alto? No importa cuál elijas: el caso es que encuentres el que más vaya contigo, con tu personalidad y con la forma de proyectarte ante los demás.

Tampoco te olvides del cabello. Aunque no forma parte del vestuario, sí tiene que ver mucho con él. Lleva el corte y el color que más te beneficie y dale cuidados especiales para que siempre luzca cuidado y brillante.

Finalmente, sé tú misma. No te dejes llevar por todas las tendencias del momento (con que sigas un par de ellas estará bien), ni tampoco por lo que diga la gente (en muchas ocasiones, tras un “consejo sano” hay otros sentimientos y no precisamente buenos). Y por sobre todas las cosas, siéntete a gusto con lo que llevas puesto. Tu estilo personal hablará por sí solo. Y mucho.

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