Exitoso canje de armas en Oakland y San Francisco

A la par de vigilias por las víctimas de Newtown, recolectan la policía y organizaciones civiles 600 armas en ambas ciudades

OAKLAND.— La misma mañana de una masiva compra de armas organizada por el Departamento de Policía y dos organizaciones civiles, dos distintas balaceras produjeron cuatro heridos a dos calles del templo de San Benedicto, ubicado en la avenida 82, donde se realizó el evento.

Pero la compra de armas, celebrada el sábado 15 de diciembre, fue un éxito. Desde las 8:00 a.m. había fila de espera, refirió Larry Reid, presidente del cabildo de Oakland y quien representa los intereses de ese distrito, al Este de la ciudad, donde se reportan el mayor número de tiroteos por año. La compra se inició a las 10:00 a.m., concluyó a las 3:00 p.m.

Para la 1:30 p.m., Olis Simmons, presidenta y directora ejecutiva de Youth Uprising, una de las organizaciones civiles involucradas en el evento —la otra fue Community Enrichment Organization (CEO)— calculaba que el canje de dinero por armas (pagaron 200 dólares por pieza) había atraído a 200 vendedores.

“Estamos probando que cuando la comunidad se une con la policía y un donante privado, podemos cambiar el mundo”, comentó Simmons, animada por la cantidad de vehículos enfilados para entrar al patio del templo, firmemente resguardado por la policía; la fila se extendía por más de dos cuadras.

“Vamos a comprometer al gobernador y a más donantes privados y quizá podamos hacer un programa de compra de armas a nivel estatal para el verano”, mencionó Simmons.

Para el lunes 17, el Departamento de Policía ofreció un reporte final: 300 armas fueron compradas en Oakland. En San Francisco, donde se realizó un evento similar, el total de armas canjeadas fue de 296. La mayoría fueron pistolas, menos de una decena de rifles de asalto y una bayoneta.

Howard Jordan, jefe de la Policía de Oakland, afirmó que éste ha sido el más exitoso canje de armas en la historia local. El donante privado que aportó la mayor cantidad, 100 mil dólares, fue Keith D. Stephenson, propietario de un expendio legal de marihuana en Oakland.

El sábado, mientras la compra de armas transcurría bajo una lluvia incesante, Luis Guevara, quien trabaja para Youth Uprising, expresó las que, a su juicio fueron las razones del éxito del evento:

“La Navidad está cerca; la gente necesita dinero; no hay trabajo. También, creo, la gente está cansada de ver a sus hermanos, a sus amigos, morir en la calle. La gente está hablando”.

De lo que hace en Youth Uprising, Guevara comentó:

“Trabajamos con jóvenes de 13 a 24 años; muchos tienen problemas con la ley, algunos están en la cárcel; también hemos perdido algunos muchachos. Hemos tenido muchas matanzas en el Este de Oakland”.

Luego dijo: “Meterse en discusiones en las leyes sobre control de armas no es la idea ahora; pero algo tiene que pasar. Hemos tenido muchos homicidios este año; muchachos afros y latinos han sido la mayoría de las víctimas”.

Al 17 de diciembre, en Oakland se habían cometido 123 homicidios.

La misma lluvia que mojaba Oakland ese sábado 15 caía sobre San Francisco, sólo que en esta otra ciudad se combinaba con lágrimas.

A las 5:00 p.m., en el parque Dolores, unas 40 personas celebraron una vigilia en memoria de los 26 asesinados en la escuela primaria Sandy Hook, en Newtown, Connecticut, el viernes 14 de diciembre.

La vigilia era una de 250 convocadas a nivel nacional por MoveOn, una organización cívica fundada en el Área de la Bahía hace 14 años y cuyo propósito es dar a los estadounidenses “voz en un proceso político dominado por los grandes intereses monetarios y ejércitos de gestores”; tan sólo en el barrio de la Misión, hubo otras dos vigilias esa misma noche; otras tantas se celebraron en San José, Oakland, Richmond, Alameda, Sunnyvale.

A la vigilia del parque Dolores asistió Cari Napoles, directora de Desarrollo del Centro Legal para Prevenir la Violencia con Armas, organización fundada en San Francisco tras un ataque armado sin razón que cobró la vida de nueve personas y dejó heridas a otras seis; aquel tiroteo sucedió el 1 de julio de 1993, en un despacho de abogados, en el 101 de la calle California.

Sheldon Siegel, un abogado quien hace años incursionó con éxito en la literatura, trabajaba para el despacho en que ocurrió aquel tiroteo, y estaba ese 1 de julio de 1993 en el 101 de la calle California. En una carta abierta en la página de Facebook del Centro Legal, dijo: “Tenemos que actuar para detener esta carnicería, o al menos intentarlo. Hasta que lo hagamos, habrá más Newtowns, más Columbines, más Virgina Techs, más Auroras y más 101 California”. Alentó a respaldar la iniciativa de la senadora Diane Feinstein de impedir que armas de asalto sean vendidas a cualquiera.

El día de la masacre en Newtown, el Centro Legal arengó a llamar a la Casa Blanca (teléfono: 202-456-1414) para demandar al presidente Obama un plan concreto a fin de cambiar las leyes sobre venta de armas. “Ya que 34 asesinatos con armas de fuego suceden todos los días, el fracaso del presidente para liderar en este asunto es inaceptable”, escribió Robyn Thomas, directora ejecutiva del Centro Legal para Prevenir la Violencia con Armas. La violencia de armas “es epidémica”, comentó Cari Napoles.

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