Liberarán a cura que mató a obispo

El excoronel Disrael Lima Estrada conversa con el reverendo Mario Orantes el 8 de junio de 2001, durante el juicio por asesinato que se les siguió por la muerte del obispo Juan Gerardi, ocurrido en Ciudad de Guatemala en abril de 1998.

El excoronel Disrael Lima Estrada conversa con el reverendo Mario Orantes el 8 de junio de 2001, durante el juicio por asesinato que se les siguió por la muerte del obispo Juan Gerardi, ocurrido en Ciudad de Guatemala en abril de 1998. Crédito: ap

Guatemala/EFE — Una sala de apelaciones de Guatemala confirmó ayer la redención de la pena otorgada en noviembre pasado al sacerdote católico Mario Orantes, condenado en 2001 a 20 años de prisión por complicidad en el asesinato del obispo auxiliar de este país Juan Gerardi, perpetrado en abril de 1998.

Una portavoz de la Corte Suprema de Justicia dijo que la Sala Tercera de Apelaciones del Ramo Penal rechazó una apelación presentada por la Fiscalía en contra del fallo emitido el pasado 22 de noviembre por el Juzgado Primero de Ejecución Penal que le concedió libertad anticipada.

Los abogados del sacerdote basaron la petición de redención de la pena en que Orantes mantuvo buena conducta durante los doce años que ha guardado prisión, y que ha realizado trabajos de “beneficio común”.

En julio pasado, ese mismo beneficio le fue concedido al coronel retirado Byron Lima Estrada, quien había sido condenado en 2001 a 20 años de prisión por el asesinato del prelado.

Lima Estrada y su hijo, Byron Lima Oliva, un capitán retirado del Ejército de Guatemala, fueron arrestados el 22 de enero de 2000 por el asesinato, el 26 de abril de 1998, del obispo auxiliar Gerardi.

En 2001, los militares fueron condenados a 20 años de prisión como coautores del crimen, y Orantes a una pena similar por complicidad en el asesinato.

Otro militar implicado en el hecho, Obdulio Villanueva, fue asesinado y decapitado el 12 de febrero de 2003 durante un motín que tuvo lugar en la prisión en la que estaba recluido.

Gerardi, obispo auxiliar de Guatemala, fue asesinado a golpes dos días después de haber hecho público su informe de Recuperación de la Memoria del Silencio: Guatemala Nunca Más (Remhi), en el que documentó más de 54,000 violaciones a los derechos humanos durante la guerra interna guatemalteca (1960-1996).

El asesinato del obispo ha sido considerado como una venganza de parte de un grupo radical de las Fuerzas Armadas, debido a que en el Remhi se atribuyó la autoría de la mayoría de los hechos, incluidas matanzas de civiles, al Ejército.

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