Una monja confesando en internet

La serie '¡Madre Mía!' tiene la respuesta

Alfredo Hueretes y la actriz Soledad López en una escena de la irreverente comedia  que se trasmite por primera vez en intenet.

Alfredo Hueretes y la actriz Soledad López en una escena de la irreverente comedia que se trasmite por primera vez en intenet. Crédito: Efe

Nueva York — ¿Confesiones “on line” y hechas por una monja? Es lo que presenta la irreverente comedia “¡Madre Mía!”, escrita para la web por el venezolano Francisco Lupini y cuyo primer capítulo ha tenido buena acogida entre los internautas.

“¡Madre Mía!” reúne a actores latinos radicados en Nueva York, donde se filma esta desinhibida serie en español con subtítulos en inglés que, aunque toca temas de la Iglesia católica, no busca “vejar o burlar a los creyentes”, aseguró Lupini.

“Esto no quiere decir que algunos de los puntos explorados en la serie no toquen o vayan en contra de las normas que inculca esa institución”, afirmó Lupini, que el pasado mes fue reconocido por el Gremio de Directores de Cine de EE.UU. como el mejor director de la costa este en la categoría de cine estudiantil.

El director venezolano aseguro que se trata, más bien, de un “intercambio de ideas” y que a la Iglesia le “viene bien adaptarse un poco a los tiempos”.

“Quizás esta serie comience un diálogo sobre los cambios que creemos son necesarios. Solo queda esperar que no reduzcan nuestro trabajo a un ‘ataque más a la Iglesia’ por que va más allá de eso”, agregó.

Protagonizada por la veterana actriz española Soledad López, la serie, de la que se presentó un primer capítulo, gira en torno a Conchita, una peculiar monja de clausura que, desesperada con la decisión del Vaticano de cerrar varios conventos debido a la crisis económica, intenta conseguir fondos para salvar el suyo.

Ante su fracaso, se toma todo el vino de la sacristía en busca de un poco de paz y esa misma noche se le aparece Dios —ante la incredulidad de la monja, que cree estar alucinando— para darle “una santa tarea de la cual dependerá el destino de la tierra”: que abra su corazón a las confesiones.

Pero, este curioso Todopoderoso, vestido muy tropical, de pantalón blanco y camisa estampada, va más allá y le pide además que recurra a internet para hacer las confesiones.

“Cuando pensamos sobre el gran abanico de oportunidades que tiene un hombre al escoger el camino religioso, dígase monjes, frailes, sacerdotes, obispos, arzobispos, papas y lo comparamos al de las mujeres, que solo se me ocurre nombrar a las monjas, se ve una clara diferencia que va atada a una tradición y no a una razón divina”, agregó Lupini.

“¿Cómo se explica que las mujeres no puedan oír confesiones y dar consejo? Más allá de culpar al machismo y diferencias de sexos en la Iglesia, es una observación”, destacó el escritor sobre esta serie, producida por Francisco Fuertes.

El papel de Dios, tan irreverente que asegura que internet “es la mejor inversión que el mundo ha hecho después de la cervecita”, recayó en el también veterano actor y director mexicano Alfredo Hueretes.

“Queríamos presentar el personaje de Dios como un hombre normal. Si el Todopoderoso nos hizo a su imagen y semejanza, no es difícil imaginarse a un Dios que, como el ser humano, bebe alcohol, se viste como para ir a la playa y siente atracciones sexuales”, argumentó.

Fuertes explicó por su parte que la idea surgió de una serie del mercado anglosajón de una sicóloga a la que no le gustaba la gente y atendía a sus clientes a través de internet.

Agregó que realizaron audiciones para elegir a los actores.

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