Preparan el terreno migratorio

Indocumentados tratan de aprovechar nueva disposición para regularizar su estatus

Roberto Méndez —junto a su hermana Nayeli Méndez— acudieron ayer a la Asociación Tepeyac para iniciar los talleres que ayudarán a sus padres a lograr la residencia legal y así poder viajar de visita a su país.

Roberto Méndez —junto a su hermana Nayeli Méndez— acudieron ayer a la Asociación Tepeyac para iniciar los talleres que ayudarán a sus padres a lograr la residencia legal y así poder viajar de visita a su país. Crédito: <copyrite>EDLP</copyrite><person>CANDIDA PORTUGUES< / person>

MANHATTAN — Varios estadounidenses, hijos de indocumentados, acompañaron ayer a sus padres a los talleres preparatorios de la Asociación Tepeyac para solicitar residencia para ellos.

El 2 de enero, la Secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, dio a conocer una disposición, que entrará en vigor el 4 de marzo. Esta normativa permitirá regularizar su estatus migratorio a aquellos casados con un ciudadano, o con un hijo ciudadano mayor de 21 años, o los indocumentados menores de 21 años con padres ciudadanos.

“Cumplí los 21 años el 11 de noviembre y es una bendición para mi poderles patrocinar. Desde chiquita viví las marchas, pidiendo reforma y amnistía, crecí con la idea de que hay que apoyar a los inmigrantes”, dijo Lizbel Escamilla. La mujer resaltó lo mucho que sus padres la han ayudado y siguen ayudándola a pagar sus estudios en Fairfield University donde hace un Major en Comunicación y Español y un Minor en Estudios Latinoamericanos.

Su padre, Lucio Escamilla, resaltó las mejoras que traerá a su vida la regularización. “Con la visa, voy a tener buen crédito, voy a poder viajar, en primer lugar por todo Estados Unidos porque estoy trabajando independientemente y es lo que necesito. Voy a poder comprar una casa”.

Para Eva Muñiz con la visa podría tener un trabajo mejor y sobre todo “podría ir a México donde tengo a mi madre, disfrutar viajando con mis hijos porque ahora me da tristeza cuando se van porque no puedo ir con ellos”.

En la misma línea se manifestó Roberto Méndez, 23, que trabaja y estudia y quiere que su madre “pueda viajar a México a ver a mis abuelitos que hace años que no los ve. También podrá mejorar el trabajo porque donde están son muy racistas, pero no tiene posibilidad de cambiar sin el permiso”.

El fin de esta disposición migratoria es fomentar la unidad familiar, permitiendo que los indocumentados soliciten aquí el perdón y una vez concedido, obtengan su visa en una entrevista de pura formalidad en su país de origen. “Esto reduce el tiempo de separación familiar, ya no estamos hablando de años, sino de tan solo días y se va a ir seguro con el permiso para regresar”, declaró Joel Magallán, Director Ejecutivo de Tepeyac.

La idea es ir preparando a la comunidad para que, cuando la nueva normativa entre en vigor y se tenga acceso a la presentación de solicitudes, aquellos que pueden beneficiarse hayan dado ya los pasos previos.

“No basta con aplicar. Hay que preparar documentos que muestren el buen carácter moral de los solicitantes, explicaciones de por qué deben concederles el perdón y cuáles son las dificultades extremas a las que se enfrentarían los ciudadanos que abogan por ellos”, dijo Magallán. ‘No olvidemos que hay que comenzar a ahorrar para hacer frente a sus costos”.

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