Madres explican el ABC de Astoria

A la colombiana Mélida Barbosa le tomó un año conseguir la escuela adecuada para su niña.

A la colombiana Mélida Barbosa le tomó un año conseguir la escuela adecuada para su niña. Crédito: <copyrite>edlp</copyrite><person>carolina ledezma< / person>

Nueva YorK –El distrito escolar 30 en Astoria es el más sobrepoblado de la ciudad, explica la maestra Mélida Barbosa, pero sólo se tiene idea de ello cuando se intenta conseguir la escuela perfecta para los hijos.

A esta madre colombiana de tres niños le tomó más de un año. En ese período postuló a ocho institutos distintos, incluida la escuela pública 152, que le correspondía por zonificación. Aunque calificada “A” en la escala de rendimiento del Departamento de Educación (DOE), a Barbosa le aterró el número de estudiantes, 1,500 alumnos, que haría que su pequeña se “perdiera” en el montón.

Después de mucho buscar, escogió la escuela charter Growing Up Green, en Long Island City. Aún así esperó meses para ser aceptada. “Poca gente sabe que hay opciones de educación gratuita distintas a las escuelas públicas, como las dos escuelas charter donde tengo a mis hijos que en Queens tienen muy buena reputación”.

Así lo explicó el sábado en la Escuela Luterana de Astoria, durante el Segundo Simposio de Escuelas de Astoria, una iniciativa para ayudar a padres a navegar el sistema educativo que atrajo a más de 150 personas.

La peruana Margarita Soto, quien con la palestina Siveem El-Nashar y varias amigas ideó el simposio en 2011, también tuvo una experiencia similar buscando cupo para el primero de sus tres hijos. “Si para mí fue difícil, no quiero imaginar cómo es para inmigrantes que no hablan inglés”, comentó Soto. “Yo quería una escuela pública para mi hijo, pero un salón de 35 alumnos no era lo más conveniente para él que es muy artístico y habla mucho”. Hoy sus hijos estudian en institutos privados.

El evento gratuito, armado por voluntarios, permitió a los asistentes conectarse con representantes de escuelas públicas, charter y privadas de la zona. En diversos foros, pudieron conocer sobre educación especial y para niños talentosos, programas para después de la escuela y el proceso de admisión a guarderías y prescolares.

Lo más útil de la cita anual es que son padres hablando a sus pares. “Ellos son los expertos para explicar la realidad del sistema, más allá de las políticas del DOE”.

En el futuro, la meta del grupo es que el simposio crezca mayor participación del sector público. “Ha sido difícil hacer entender las ventajas de participar a las escuelas públicas”. Este año estuvieron las escuelas 166 y 85, sólo dos de los 14 institutos públicos de la zona.

“Aunque en mi escuela hay una mayoría de alumnos hispanos, hay una barrera que hace que los grupos de padres estén divididos”, relató Jill Gallant-Foley, madre de la 166, instituto que tiene uno de los pocos programas dual bilingüe de la zona.

Para las organizadoras, quienes en su mayoría se conocieron en redes de madres en Internet, la necesidad de acceder a comunidades inmigrantes es el reto principal. “Este año pusimos volantes en varios idiomas en locales donde sabemos que van, por ejemplo, muchos hispanos, pero hay que hacer más”.

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