Las dietas y otras resoluciones

Bajar de peso, dejar de fumar, estudiar algo, gastar menos, son algunas de las resoluciones más comunes de cada año.

Las resoluciones son tradición al comenzar el año. Decían en las noticias que el 80% de esas resoluciones son rotas a la tercera semana del año. Las dietas y ejercicios son de las más comunes, seguidas por compromisos de dejar otros hábitos como fumar, tomar Coca-Cola, estudiar algo, dejar de gastar tanto dinero y puedo seguir y seguir.

Decían que la clave está en que estas resoluciones sean realistas, a corto plazo y que podamos ver algún progreso para seguir motivados.

Silverio Pérez recomienda que las distribuyamos en pequeños componentes. Es más fácil economizar $2 a la semana que decir $100 al mes; perder dos libras al mes que decir “tengo que perder 50 libras”.

Las dietas y productos para rebajar están por todas partes. Todo el mundo quiere una solución mágica. Una amiga mía viajó a Suramérica a hacerse las cirugías estéticas para bajar de talla 12 a 6 y la pobre todavía está adolorida.

Otra amiga baja rápida y dramáticamente a la talla 2 y cada vez que aumenta de peso sube más que antes. En realidad, estas medidas no son saludables. Muchos usamos la comida como una droga para calmar ansiedad, frustración y otros estresores.

El ejercicio es visto como obligación y creemos que es necesario que cause dolor. Esta filosofía puede contribuir a diferentes lesiones dañinas. Bailar un merengue sabroso, una salsita o una cumbia, nadar, jugar con nuestros hijos y nietos en el patio o parque, caminar con amistades y riéndonos? no hablar de cosas negativas o problemas?, hace que el ejercicio sea divertido y nos mantengamos motivados.

Otra sugerencia es tratar cosas nuevas. Muchos vivimos en la misma rutina pensando que es “mejor un buen conocido que uno nuevo por conocer”.

Entonces nos preguntamos, por qué nos sentimos fatigados, aburridos y pero aún “viejos”.

Nos sentimos seguros pero dice el refrán que “nada se ha escrito del que no ha tratado”.

Tal vez una buena resolución sería poder identificar qué cosas nos gustaría hacer, ya sea personalmente o en el trabajo.

Antonio Cruz, estudiante de trabajo social, sugiere que pensemos “¿cuál es mi propósito en nuestra vida? ¿Cuáles son los talentos que tenemos? ¿Cómo podemos usar esos talentos para servir a nuestra comunidad?”

El servicio voluntario es el mejor remedio para el aburrimiento y autoestima.

Puede comunicarse con Eva Pagán Hill, LMHC, al 407-691-4579.

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