Avances tecnológicos reducen empleos para la clase media

Los trabajos son reemplazados en muchos casos por máquinas y software que pueden hacer la misma tarea más rápido

En Estados Unidos, la mitad de los 7,5 millones de empleos perdidos durante la Gran Recesión pagaba salarios de clase media, y las cifras son incluso más desoladoras en las 17 naciones que comparten el euro.

En Estados Unidos, la mitad de los 7,5 millones de empleos perdidos durante la Gran Recesión pagaba salarios de clase media, y las cifras son incluso más desoladoras en las 17 naciones que comparten el euro. Crédito: Archivo / La Opinión

WASHINGTON – Cinco años después del comienzo de la Gran Recesión, el saldo es aterradoramente claro: Millones de empleos de la clase media se han perdido en países desarrollados de todo el mundo.

Y lo peor es que esos empleos no se mudaron a China u otros países en desarrollo. Simplemente se desvanecieron, desplazados por software y máquinas avanzadas que pueden hacer las tareas más rápido, con mayor calidad y a un menor costo.

Para entender mejor el impacto de la tecnología sobre los empleos, The Associated Press analizó datos del ámbito laboral en 20 países. Entrevistó además a economistas, expertos en tecnología, fabricantes de robots, programadores de software, directores generales y trabajadores que compiten con máquinas más inteligentes. La AP encontró que casi todos los empleos que desaparecieron están en industrias que pagan salarios de clase media: entre $38,000 y $68,000 anuales. Se trata de empleos que representan la columna vertebral de este estrato social en países desarrollados de Europa, Norteamérica y Asia.

Art Liscano sabe que es una especie en extinción. Se dedica a leer los dispositivos medidores del consumo de electricidad en Fresno, California. Durante 26 años, ha ido de casa en casa para verificar cuánta energía han consumido los clientes de Pacific Gas & Electricity.

La empresa no necesita ya a gente en esos puestos. Cada día, reemplaza 1,200 viejos medidores por versiones digitalizadas que pueden recabar información sin ayuda de los humanos, generan una cobranza más precisa de las cuentas de electricidad e incluso envían una señal de alerta si hay un apagón.

“Puedo ver por qué la tecnología nos desplazará”, dijo Liscano, de 67 años y con un sueldo anual de $67,000. Su departamento empleaba a 50 personas a turno completo para leer los medidores. Hoy, ese número se ha desplomado a seis.

Desde las corporaciones gigantescas hasta las bibliotecas universitarias y las empresas incipientes, los líderes de la organización prefieren usar una tecnología que mejora a pasos agigantados para realizar tareas encomendadas antes a los humanos. Ello significa que millones de trabajadores se han visto atrapados en una competencia que no pueden ganar frente a las máquinas, las cuales se vuelven más poderosas, baratas y fáciles de usar.

En Estados Unidos, la mitad de los 7,5 millones de empleos perdidos durante la Gran Recesión pagaba salarios de clase media, y las cifras son incluso más desoladoras en las 17 naciones que comparten el euro como moneda. Un total de 7,6 millones de empleos de paga intermedia desaparecieron en esos países europeos entre enero de 2008 y junio pasado.

Esos empleos son reemplazados en muchos casos por máquinas y software que pueden hacer la misma tarea, mejor y más rápida.

“Todo lo que pueden hacer los humanos lo pueden hacer las máquinas”, dijo Moshe Vardi, científico informático de la Universidad Rice en Houston. “Están ocurriendo cosas que parecen de ciencia ficción”.

Google y Toyota están preparando automóviles que se conducen solos. El Pentágono emplaza robots para encontrar explosivos junto a las carreteras en Afganistán, y lanza ataques desde aviones no tripulados. Este mes, la Universidad Estatal de Carolina del Norte presentó una biblioteca de alta tecnología, llamada “bookBots. Ahí, un sistema de robots encuentra los libros solicitados por los estudiantes, lo que hace obsoleto al bibliotecario.

El millón y medio de libros de la biblioteca no se guarda ya en estantes, sino en 18,000 bandejas de metal que ocupan una novena parte del espacio requerido antes.

El avance de la tecnología está derivando en productos y servicios maravillosos y otrora impensables. Pero también tiene un alto costo en la gente, que puede ser reemplazada con mucha facilidad.

En Estados Unidos, más de 1,1 millones de secretarias se esfumaron del mercado laboral entre 2000 y 2010. La certeza que tenían de conservar el empleo quedó hecha añicos por el software que permite a sus jefes atender llamadas, recordar sus citas y organizar sus viajes sin ayuda de otro humano.

Durante el mismo periodo, el número de personas que trabajaban como operadoras telefónicas se hundió 64%, el de los capturistas de texto cayó 63%, el de los agentes de viajes 46% y el de los bibliotecarios 26%, según estadísticas del Departamento del Trabajo.

En Europa, la tecnología transforma los departamentos de recursos humanos.

“En nuestros días, se espera que los empleados hagan muchas tareas antes relacionadas con recursos humanos desde su propia computadora”, dijo Ron van Baden, negociador de la federación sindical holandesa FNV. “Antes uno iba a la oficina que atendía los asuntos de los empleados, con una pregunta sobre su pensión o los términos de un contrato. Todo eso se ha ido y está automatizado”.

¿Acaso la tecnología genera empleos? Desde luego, pero de ninguna manera lo hace al ritmo en que los elimina, al menos por el futuro previsible.

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