Emotivo adiós a un amigo

Exalcalde Ed Koch es sepultado en Nueva York tras ceremonia en sinagoga

El ataúd con los restos del exalcalde de Nueva York, Edward Koch, es trasladado hacia el templo Emanu-El.

El ataúd con los restos del exalcalde de Nueva York, Edward Koch, es trasladado hacia el templo Emanu-El. Crédito: AP

NUEVA YORK — En una emotiva ceremonia llena de anécdotas, políticos y amigos de Ed Koch, le dieron ayer el último adiós.

El exalcalde de Nueva York entre 1978 y 1989 —que falleció el viernes de un paro cardíaco a los 88 años— fue recordado como un político irreverente, de ideas avanzadas y con un sentido del humor único.

“Ningún alcalde, creo, ha encarnado el espíritu de Nueva York como él. Y no creo que nadie lo hará”, dijo el alcalde Michael Bloomberg. “Resistente, fuerte, atrevido e irreverente, lleno de humor y descaro”, agregó Bloomberg durante el funeral en la sinagoga Emanu-El de Manhattan.

Entre tanto, el expresidente Bill Clinton —que acudió a la ceremonia en representación del presidente Barack Obama— expresó que Koch tenía “el corazón tan grande como su mente”.

A la salida de la sinagoga, la ceremonia finalizó al ritmo de la canción “New York New York” tocada en órgano. Al mismo tiempo —sobre la Quinta Avenida— cientos de curiosos se apostaron para ver pasar el cortejo fúnebre.

Rose Mendoza, 65, una de las personas que, sin importar el frío, esperó pacientemente a que acabara la ceremonia religiosa, quiso dar un simbólico adiós al popular alcalde. “Su estilo fue único e hizo muchísimas cosas por los hispanos que vivimos en la ciudad”, sostuvo.

El féretro, cubierto con la bandera de la ciudad, fue escoltado por agentes de la policía y luego trasladado al cementerio Trinity del Alto Manhattan, donde fue sepultado en ceremonia privada.

Mientras cientos de personas le daban el adiós al político, surgió una controversia ante una propuesta de la congresista Carolyn Maloney, de renombrar la estación del tren de la calle 77 y avenida Lexington por la de “Alcalde Edward I. Koch Way”.

Maloney indicó que “los neoyorquinos tienen una deuda de gratitud con el alcalde Koch”, por lo que pidió encontrar la manera de reconocerlo en una de sus favoritas estaciones del subway.

Adam Lisberg, portavoz de MTA, explicó que existe la premisa de “no renombrar estaciones en homenaje a personas, para no confundir a los pasajeros” y que “se identifican con el nombre de la calle en que están ubicadas”.

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