Anhelo por un Papa latino

La histórica renuncia de Benedicto XVI abre las puertas para que un cardenal hispano sea su sucesor en la silla de San Pedro

NUEVA YORK – Ante la sorpresiva abdicación del papa Benedicto XVI, surge nuevamente la fuerte posibilidad de que un cardenal hispano pudiera ser elegido para conducir a la feligresía católica.

El teólogo Daniel Álvarez recalcó que tras los escándalos del Vaticano, éste es el momento para “salir de la élite italiana y buscar a alguien de afuera que no esté afectado por la crisis y que venga a poner orden en la casa”.

Según el experto, en pocos años el mayor componente de feligreses católicos serán tercermundistas, otro factor que contribuye a pensar en elegir a un Papa que no sea europeo.

En el cónclave, que se espera que se inicie a comienzos del mes de marzo, Álvarez indicó que los dos cardenales con más posibilidades de llegar a la silla máxima de la iglesia —que cuenta con 1,196 millones de católicos— son Claudio Hummes de Brasil y Oscar Andrés Rodríguez Madariaga de Honduras.

Al cardenal Madariaga, de 70 años, lo describió como “uno de los más preparados de Latinoamérica, carismático y relativamente joven”. Sin embargo anotó que uno de los puntos en su contra podría ser el fuerte lazo que mantuvo con Bernard Law, arzobispo de Boston, la ciudad que fue el epicentro del caso de sacerdotes pedófilos y a quien se le acusó por encubrimiento.

Del cardenal Hummes, de 78, Alvarez subrayó que es una persona con alta credibilidad, “es de ascendencia alemana, es sumamente educado y ha ocupado cargos altos en la administración, por lo que conoce los detalles del Vaticano”.

La elección del Santo Padre se hace a través de un cónclave, en donde se reúnen los miembros que conforman el Colegio Cardenalicio, menores de 80 años.

Hasta diciembre pasado eran 119 los cardenales que cumplían este requisito, -67 de los cuales fueron nombrados por el papa Benedicto XVI y el resto por el papa Juan Pablo II.

De los miembros del Colegio Cardenalicio, un 53% proviene de Europa y de este porcentaje, el 23% es de Italia. El resto lo conforman un 17% Latinoamérica; 9.2%, Asia; 9.2% África; 9.2%, Estados Unidos y 2.5% Canadá.

Entre tanto, el profesor y teólogo Anthony Stevens-Arroyo aclaró que la importancia en la elección del que se convertirá en el próximo Santo Padre y en la que seguramente se concentrarán los miembros del Colegio Cardenalicio, será el preguntarle si “contemplaría la posibilidad de abdicar y a qué edad lo haría”.

Stevens-Arroyo no descarta la posibilidad de que haya una división entre los participantes del cónclave.

“Los cardenales puede que se dividan en dos grupos. Los que se inclinan al modernismo y acepten la abdicación, o los que quieren imponer nuevamente las tradiciones sobre que el papel del Papa debe ser el de un embajador hasta su muerte”, explicó.

El académico enfatizó que un buen candidato pudiera ser el cardenal canadiense Marc Ouellet, de 68,que se desempeña como jefe de la congregación de los obispos, de quien dijo “ha estado como misionero en América Latina, domina a la perfección varios idiomas, entre ellos español, alemán, portugués, francés, además del italiano”.

“Es una persona con una vasta experiencia, flexibilidad y diversidad cultural que conoce muy bien de teología y el laberinto que es el Vaticano. Conoce sus problemas, sus virtudes y vicios y está capacitado para manejar los asuntos de la iglesia”, precisó Stevens-Arroyo.

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