Familiares de reos muertos exigen justicia

Familiares de los reos que perecieron quemados  protestaron frente a Casa Presidencial, en Tegucigalpa  y pidieron que se encuentre a los responsables.

Familiares de los reos que perecieron quemados protestaron frente a Casa Presidencial, en Tegucigalpa y pidieron que se encuentre a los responsables. Crédito: efe

Tegucigalpa/EFE — Familiares de unos 80 de los 361 reos muertos en el incendio de la cárcel de Comayagua, centro de Honduras, hace un año, exigieron ayer en una manifestación “justicia” al Gobierno que preside Porfirio Lobo.

Los manifestantes, hombres, mujeres y niños, se apostaron frente a la Casa Presidencial, donde, además, aseguraron que el incendio de la cárcel de Comayagua “no fue un accidente”, sino “un crimen”.

“Estamos muy mal, con nuestros hijos muertos, sin saber qué hacer y sin ninguna autoridad que nos responda”, dijo a María del Carmen Cáceres, quien perdió a un hijo, Francisco Javier Cáceres, de 25 años.

“El incendio no fue un accidente, fue un crimen y los que lo cometieron andan libres, exigimos justicia al presidente Lobo”, agregó.

Dijo, además, que su hijo, desde la prisión, en la que llevaba quince meses recluido, le había dicho en diciembre de 2011 que en la cárcel comentaban que ese mes “iba a suceder algo peligroso”, pero que “nadie se imaginó que sería una tragedia dos meses después”.

El fiscal del Comité de Víctimas y Familiares de la Cárcel de Comayagua, José Luis Euceda, indicó que la protesta de ayer frente a la sede del Ejecutivo es “para exigir respuesta a un año del horrendo crimen”.

“Hace un año de la tragedia y no hemos tenido respuesta de nadie del Estado que es el responsable de la seguridad de los privados de libertad, ni de la Fiscalía”, añadió Euceda.

El dirigente dijo que han venido a Tegucigalpa a exigirle al gobierno que entregue los informes de lo ocurrido y señale a los culpables.

“Nosotros no creemos que en la cárcel hubo un incendio accidental, sino que fue intencional”, afirmó Euceda, quien, además, relató que en el incendio perdió a un cuñado, que identificó como Wilson Joel Rodríguez, a quien dijo que quería “como a un hijo”.

Un informe de expertos de Estados Unidos tras el siniestro en la prisión de Comayagua señala que las causas fueron “accidentales”.

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