Crece tensión sobre debate migratorio

El presidente Obama habla con republicanos sobre una reforma y extiende un nuevo voto de confianza al trabajo bipartidista

U.S. Border Patrol agent Santos Flores walks in front of the old border fence, back left, where it meets a five mile section of new border fence  at the border Thursday, June 19, 2008, in Nogales, Ariz. A U.S. Supreme Court decision paving the way for a 670-mile federal fence along the U.S.-Mexico border draws swift criticism from environmentalists, who promise to make another legal stand in Texas. (AP Photo/Ross D. Franklin)

U.S. Border Patrol agent Santos Flores walks in front of the old border fence, back left, where it meets a five mile section of new border fence at the border Thursday, June 19, 2008, in Nogales, Ariz. A U.S. Supreme Court decision paving the way for a 670-mile federal fence along the U.S.-Mexico border draws swift criticism from environmentalists, who promise to make another legal stand in Texas. (AP Photo/Ross D. Franklin) Crédito: authors

WASHINGTON, D. C.— Por el momento, las conversaciones siguen en pie.

La semana pasada, luego de que se filtrara información a la prensa sobre la propuesta migratoria del presidente Barack Obama, la negociación en el Congreso afrontó uno de sus puntos de mayor tensión. Ahora, la Casa Blanca todavía trata de aplacar la polémica.

Fue una sorpresa para quienes están involucrados en las conversaciones tanto del lado demócrata como del republicano. La semana pasada el diario USA Today publicó detalles de un proyecto de ley migratoria preparado por el Gobierno.

Entre ellos figuró la posibilidad de que los inmigrantes indocumentados accedan a la residencia permanente en un plazo de ocho años luego de obtener una visa de “inmigrante legal futuro”.

Desde que el grupo bipartidista de ocho senadores anunció sus principios a finales de enero, la reacción de la Casa Blanca había sido apoyar este esfuerzo, pero sin dejar de lado los plazos. Obama fue claro al anunciar que la falta de acuerdos llevaría a su Administración a presentar su propio proyecto de ley. Pero cuando la información sobre la propuesta salió a la luz, desencadenó una ola de reacciones en el Congreso y, sobre todo, levantó las banderas de alarma entre el personal involucrado en las negociaciones.

La Casa Blanca respondió dando explicaciones. Fuentes en la Administración comentaron a La Opinión que la información no se entregó de manera intencional. “Estábamos sorprendidos que detalles del borrador llegaran a la prensa. Fue desconcertante, pero hablamos con las oficinas en el Senado de ambos partidos el sábado pasado para dejar este punto claro”, aseguró.

En las últimas semanas, personal de la Casa Blanca ha participado en al menos cinco reuniones con el grupo de los ocho.

Asimismo aclararon que el documento sobre la propuesta fue difundido entre los altos mandos de diversas agencias del Gobierno y que existen “varios elementos en el documento que son parte de otros borradores y que no estarían incluidos en un proyecto de ley final” en caso de que tengan que presentarlo.

El diálogo entre la Casa Blanca y el grupo de los ocho es de naturaleza compleja, tanto por el lado demócrata como por el republicano. Fuentes del Senado coinciden en que existe una falta de confianza general. Si a esto se le suman las dinámicas propias del grupo de legisladores, arroja una mezcla frágil. Ayer Alex Conant, secretario de prensa del senador Marco Rubio (R-FL), aseguró que no habían tenido comunicación sobre el tema con la Casa Blanca. Consultado al respecto, el secretario de prensa de Obama, Jay Carney, insistió en que se han comunicado con todas las personas involucradas en el proceso en el Capitolio. Conant resaltó además que la filtración a la prensa había agregado un “partidismo adicional a un proceso por naturaleza difícil y elevó preguntas sobre la seriedad del Presidente en aprobar una reforma”.

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