Hispanas detrás de las juntas escolares

Madres volutarias y de la sociedad de padres de la PS 279 en El Bronx.

Madres volutarias y de la sociedad de padres de la PS 279 en El Bronx. Crédito: <copyrite>EDLP</copyrite><person>Zaira Cortés< / person>

Nueva York – Quetcy Pérez recuerda que uno de los motivos más fuertes que influyó en su decisión de abandonar la secundaria fue que sus padres pocas veces participaron en sus actividades escolares.

“Si mi familia hubiera mostrado mayor interés, tal vez no hubiera tenido que recurrir a un programa de educación para adultos para graduarme”, dijo la madre de tres niños, que desde hace un año es presidenta de la Asociación de Padres de la escuela Capitán Manuel Rivera PS/MS 279, en El Bronx. A raíz de su experiencia ella anima a otros padres a ser voluntarios activos en los programas de la escuela.

La hondureña Alba Marte es una de las madres que integra la Asociación de Padres y asegura que involucrarse es una forma de garantizar un mayor éxito educativo a sus hijos.

“Ellos ven que estoy interesada y eso les da seguridad, los alienta a ser mejores cada día”, comentó.

La escuela PS/MS 279 tiene matriculados a 1,012 estudiantes, el 85% son latinos.

Cada mes se realiza una reunión de padres que directivos califican como sumamente concurrida.

Helena Yordan, coordinadora de la organización, indicó que se implementan estrategias para reforzar los lazos entre niños y padres, mediante actividades que les permiten interactuar en las aulas en un ambiente de confianza.

Michelle García, quien también participa en la Asociación de Padres dijo que “muchos padres tienen la idea equivocada de que los chicos grandes nos necesitan menos, es algo que veo en la secundaria de mi hija”, apuntó. “Sin un padre no participa desde los primeros años, es difícil que lo haga en la etapa más importante, que es el camino a la universidad” añadiíó García.

La puertorriqueña Lydia Martínez, una activa madre de la secundaria Grover Cleveland en Queens, coincidió con García y enfatizó que es un gran desafío involucrar a los padres, además de que los chicos son renuentes de convivir con ellos.

“Mis hijos me piden que no participe porque no quieren verme más en la escuela”, dijo Martínez.

La madre indicó que algunos adolescentes consideran que la presencia de padres es una forma de “vigilancia extrema”.

Grover Cleveland, con el 63% de estudiantes latinos, tiene unos 1,900 padres –la mayoría de Ecuador, República Dominicana y México- pero la concurrencia a reuniones bimestrales es de 25 a 30.

Albarosa Abdellatif, coordinadora de padres desde 2003, comentó que la barrera del idioma, estatus migratorio, bajo nivel educativo y largas jornadas de trabajo son algunos de los grandes obstáculos.

“Algunos no piensa en ir a la universidad, sino en ganar dinero, porque fue la misma realidad para sus padres”. dijo Abdellatif.

Pese a la situación, la secundaria busca alternativas para animar a los padres a convertirse en un apoyo sólido y lograr que más chicos se integren a la universidad.

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