Vettel-Red Bull, dueto imbatible

Desde ya las apuestas en F-1 favorecen al tricampeón alemán

MÉXICO, D.F.— En 2010, y contra los pronósticos, Sebastian Vettel ganó su primer Mundial de Fórmula Uno, sobreviviendo a la lucha intestina que libró ante Mark Webber en Red Bull y superando sobre la hora a Fernando Alonso (Ferrari) en la clasificación.

Un año más tarde, “Seb” dominó a placer la competencia para adjudicarse su segunda corona, no así en 2012, cuando de nueva cuenta debió remar contracorriente y superar momentos de alta presión para retener su corona.

¿Qué tiene el sonriente alemán, el “chico maravilla” de la F1, que lo distingue del resto? ¿Por qué Vettel, el incuestionable tricampeón, es el rival a vencer de 2013? Sí. La obviedad señala que Sebastian es el objetivo a derribar de Ferrari, McLaren y compañía. Pero el dominio que el “baby Schumacher” ha ejercido sobre la parrilla en los últimos tres años ha sido tal que vencerlo es un camino muy cuesta arriba.

La principal arma de Vettel, por supuesto, es el carro que maneja. El Red Bull ha sido el mejor auto de la F1 desde de 2009 hasta el cierre de 2012.

Tiene el auto más completo, pero Sebastian, un superdotado, ha potenciado sus prestaciones y, de paso, ha crecido incuestionablemente como piloto desde que lo maneja. La dupla Red Bull-Vettel es un trabuco, hasta ahora, invencible.

Desde el inicio de la campaña de 2010 se han disputado 58 Grandes Premios, en los que Vettel ha sido ganador 21 ocasiones (el 36 por ciento). Después de él, quien más triunfos suma es Lewis Hamilton, 10 con McLaren.

La jetatura de “Seb” es aún mayor en las Poles. De las mismas 58 posiciones de privilegio disponibles en los últimos tres años, Vettel ha capturado 31 –el 53 por ciento–, 21 más que Hamilton, de nuevo su más cercano perseguidor.

¿Más números? Vettel es, por supuesto, quien más veces ha subido al podio en el periodo 2010-12 y el que más puntos ha sumado. Finalizó entre los tres primeros 37 veces.

Efectivo tanto con el viento a favor como con el cuchillo entre los dientes, Sebastian debe tener las apuestas de su lado. La “era Vettel” aún no llega a su final.

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