Iglesia Católica, entre el poder y la fe

El cardenal Tarcisio Bertone sella la habitación que ocupaba el Papa.

El cardenal Tarcisio Bertone sella la habitación que ocupaba el Papa. Crédito: ap

MÉXICO, D.F. — Además de la deuda moral por pederastia y corrupción en los más altos niveles de la Iglesia Católica por las que habría dimitido Benedicto XVI, el próximo Papa heredará un reto casi imposible de revertir: la reducción de fieles derivado de los escándalos y la falta de apertura en temas como el celibato, la anticoncepción, homosexualidad o la ordenación de mujeres.

El joven Joseph Ratzinger, previó desde 1969 -tres décadas atrás de convertirse en el máximo jerarca católico- una iglesia reducida, pero de mayor calidad, más cercana a los mandatos teológicos de la fe, la esperanza y la caridad según consta en la recopilación Faith and the Future de la editorial católica Ignatius Press.

“De la crisis actual –afirmaba– surgirá una Iglesia que habrá perdido mucho. Será más pequeña y tendrá que volver a empezar más o menos desde el inicio y con la disminución de sus fieles, también perderá gran parte de los privilegios sociales”.

Los pronósticos al final de su pontificado reafirman esta tendencia: aunque aún se declaran católicas 1,200 millones de personas (17% de la población mundial) lejos quedaron los tiempos del catolicismo omnipresente.

México tenía en 1900 el 99.5% de su población católica, en 1970 pasó al 95% y para 2010 se redujo hasta el 84.9% (96.3 millones de feligreses). Tendencia similar muestra Brasil: sigue a la cabeza por el mayor número de católicos del mundo (133.6 millones) pero representan sólo el 68.8% del total; dos décadas atrás, el porcentaje era de 83%.

En los países centroamericanos, el declive es más abrupto: Nicaragua y El Salvador reportan que actualmente sólo el 50% de la población se declara abiertamente católica.

“Hay muchos factores que impactan en la disminución de católicos como la apertura de los gobiernos hacia otras confesiones e iglesiascristianas, la crisis económica o la pérdida de identidad religiosa”, opinó Carlos Montiel, presidente del Consejo Mexicano de Analistas Católicos. “Los escándalos por abusos sexuales también han decepcionado”.

¿Se resignará el próximo jerarca a este decremento? Sacerdotes, laicos y analistas católicos coinciden en que El Vaticano sorteará por varios caminos esta crisis, independientemente del papa en turno.

Dejará como hasta ahora el debate del celibato, el divorcio, anticoncepción y homosexualidad a los debates locales , en los que la apertura o cerrazón dependerá del contexto social.

En Coahuila (norte de México), por ejemplo, la diócesis de Saltillo liderada por el obispo jesuita Raúl Vera, realiza trabajo pastoral con sexoservidoras y homosexuales.

“Jamás hemos tenido problemas con nuestros superiores por integrar a un grupo de ayuda a la comunidad gay o las prostitutas que reconocemos como grupos vulnerables”, dijo en entrevista el sacerdote Robert Coogan, fundador de la organización San Elredo para autoayuda de la comunidad lésbico-gay en Saltillo. “Los conflictos provienen de los civiles ultraconservadores, pero como son los menos, nuestro trabajo de apoyo a esa minoría continúa”.

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