Combatiendo el abuso contra las indocumentadas

Una inmigrante que víctima de violencia obtuvo la visa U.

Una inmigrante que víctima de violencia obtuvo la visa U. Crédito: archivo

La semana pasada el Congreso aprobó una nueva ley para proteger a las mujeres que son víctimas de la violencia. Aunque no lo parece, esta ley es un paso adelante en la campaña para mejorar nuestro sistema de inmigración.

Para entender la relación entre el abuso y la inmigración, consideren el caso real de una mexicana trabajando en una fábrica en Pensilvania. En el 2010 uno de sus supervisores la atrapó y la violó, diciéndole que si no cumplía con sus órdenes la reportaría a las autoridades. Traumatizada, ella esperó dos años antes de reportar la violación.

En este país, la violación sexual es claramente un crimen. Pero eso no significa que es fácil para las mujeres denunciar a sus depredadores. Corren el riesgo de más violencia, y frecuentemente el abuso les agota de la fuerza emocional que necesitan para el proceso judicial.

Para una mujer indocumentada, es aun más difícil hacer una denuncia porque ella corre el riesgo adicional de ser deportada. Y esto es cierto aunque en los Estados Unidos el carácter criminal del abuso y la violación no depende del estatus legal de la víctima.

Eso va en contra de un principio jurídico fundamental en este país, la de la protección equitativa ante la justicia. Si hay leyes que causan una discriminación entre mujeres que son víctimas de la violencia, esas leyes tienen que ser cambiadas para eliminar esa discriminación.

Las leyes actuales, sobre todo las que facilitan la identificación de empleados sin papeles, causan esa discriminación. En el caso puntual en Pensilvania, como en miles de casos similares, la mujer indocumentada debe que superar mayores obstáculos simplemente porque no tiene sus papeles.

La nueva ley es un avance, porque ofrece mayor acceso a las Visas U, que le permite a una víctima que ha hecho una denuncia quedarse en el país y trabajar por cuatro años. Pero es un remedio con límites. Falta mucho por hacer.

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