Uno de cada 5 jóvenes mexicanos practica el “sexting”

Expertos resaltan que, cuando se trata de menores y se comparte fotos a través de las redes sociales, la acción podría representar delito

Los datos subidos a las redes se vuelven accesibles en cualquier rincón.

Los datos subidos a las redes se vuelven accesibles en cualquier rincón. Crédito: Shutterstock

Monterrey – Uno de cada cinco jóvenes mexicanos practica el envío de fotos personales a través de sus celulares, particularmente el sexo-virtual o “sexting”, ya que les falta concientizarse sobre la cultura de privacidad.

Una investigación de la Agencia Informativa de la Universidad de Monterrey (UDEM) resalta que las víctimas de este problema, por la divulgación de imágenes sin su consentimiento, pueden presentar baja autoestima, humillación, trastornos emocionales, depresión y ansiedad.

“Me grabaron mientras me bañaba”, “Me tomé fotos topless” o “Bailé desnuda frente a la cámara”, son algunos casos de “sexting”, un fenómeno que crece de manera desmedida en las redes sociales y los celulares.

La psicóloga en Terapia Analítica orientada a niños, adolescentes y adultos, Maricela Escamilla Garza, estimó que “aproximadamente uno de cada cinco jóvenes mexicanos practica el envío de fotos personales a través de sus celulares”.

A estos jóvenes, expresó, les falta concientizarse sobre la cultura de privacidad, pues dijo que quienes lo practican lo hacen por diversión o coqueteo y desconocen que se puede caer en acoso sexual si se le insiste a alguien a hacer algo sin su voluntad a través del chantaje.

Por su parte, la especialista en Derecho a Nuevas Tecnologías de la Universidad de Monterrey (UDEM), Myrna Elvia García, consideró que el “sexting” es un tema delicado.

La catedrática universitaria advirtió que es muy fácil caer en delitos como pornografía infantil y trata de blancas a través del envío de imágenes por medio de los nuevos dispositivos electrónicos.

“No existe un delito del “sexting”, pero sí hay corrupción de menores o pornografía infantil y está penado por la ley…”, afirmó la autora del libro “Derecho a las nuevas tecnologías”.

Indicó que cuando se comparte material de un menor de edad a terceros es un delito de pornografía infantil y cuando alguien tiene influencia sobre otra persona para tomarse y mandar dichas fotografías se habla del delito de trata de blancas.

“Los juristas tenemos que hacer un análisis de estas nuevas conductas que nos lleven a la protección de menores y también a divulgar las consecuencias”, subrayó.

Ambos delitos, apuntó, son castigados por la ley y, en el estado de Nuevo León, los menores de edad cumplen sentencias gracias a que se cuenta con el Sistema de Justicia para Adolescentes Infractores.

“El internet es tan libre y tan amplio como el pensamiento humano pero también tiene lugares como la ciudad, obscuros, y hay que darlos a conocer”, agregó la especialista.

La Agencia UDEM expuso que internet es un arma de doble filo, ya que facilita la comunicación, pero provoca agitaciones como las redes sociales que exigen la distribución de información privada y la exhibición de la identidad.

De acuerdo a las políticas de seguridad de las redes sociales, se establece que la empresa puede acceder, preservar y compartir información cuando cree que es necesario, añadió.

La directora de Posgrados de Ingeniería y Tecnologías de la UDEM, Marta Silvya del Río, comentó que “esconder las políticas y ponerlas con términos muy legales es a propósito”.

Esto lo hacen “para que así no las leas y además te dicen: yo comparto la información con terceras personas, pero no soy responsable por lo que hagan mis socios estratégicos, pero nunca dicen quienes son”, añadió.

Manifestó que al subir datos a las redes se vuelven accesibles en cualquier rincón y, una vez que la información está en la nube, ya no hay forma de bajarla.

“Si tú me pides que lo borre voy a tratar de eliminarlo, pero no puedo garantizarlo en todos mis “backups”, servidores y la información que compartí, ya que cualquier aplicación que suba información es porque quiere recolectar tus datos”, afirmó Del Río.

A su vez, el vicepresidente del Colegio de Psicología de Monterrey, Jesús Castillo López, mencionó que la “baja autoestima, humillación, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, pérdida de interés por la escuela y fobias de difícil solución, son las actitudes que pueden manifestar la víctima después del sexting“.

“Una vez publicada hay que hablar con los padres y buscar atención psicológica para la víctima, detener el trastorno que se le presente, pues éstos fenómenos no son duraderos para los espectadores, pero sí es eterno para la víctima”, dijo.

Expresó que “muchas veces es una necesidad de adrenalina lo que desea la gente, ganas de sentir la emoción, porque tal vez su vida es muy aburrida y no tienen forma de sobresalir, entonces es como la misma dinámica de los deportes extremos”.

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