El Bronx no lo olvida

El expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, escucha a Majora Carter, activista y directora de la organización 'Sustainable South Bronx'.

El expresidente de Venezuela, Hugo Chávez, escucha a Majora Carter, activista y directora de la organización 'Sustainable South Bronx'. Crédito: AP

EDITORES: Con CHAVEZ-FUNERAL. Con AP Fotos.

NUEVA YORK — Efrém Vallenilla señala una lista de verbos en una pizarra y sus estudiantes repiten al unísono “repent, try, ask, sing”.

Los alumnos, todos hispanos, aprenden inglés en el sur de El Bronx, Nueva York, a través del programa Servicio de Educación Básica, que durante tres años floreció gracias al dinero enviado por el presidente de Venezuela Hugo Chávez.

“Aquella fue la mejor época que tuvimos. Me pagaban por hacer las clases. Ahora hago esto como voluntario y ya no tenemos oficinas. Tenemos que hacer las clases aquí”, dijo Vallenilla, refiriéndose a una sala de un centro comunitario del vecindario.

El programa de 116 estudiantes fue uno de los más de 30 que recibieron fondos del estado venezolano desde 2007 a 2010 por iniciativa de Chávez y a través de la creación de una coalición local llamada PetroBronx que escogía los proyectos más necesitados de fondos. El dinero, entregado a través de Citgo, la subsidiaria estadounidense de la empresa petrolífera del Estado venezolano, ayudó a impulsar programas de educación, cooperativas de alimentos y hasta de limpieza del río Bronx, dejando huella en uno de los condados más pobres del país.

Tras la muerte del mandatario venezolano el martes, los hispanos del barrio recuerdan ahora la visita que el expresidente les hizo en 2005 y a raíz de la cual tres millones de dólares provenientes de Venezuela fueron distribuidos a todo tipo de iniciativas locales bajo la coordinación de PetroBronx. Mientras en muchas zonas de Estados Unidos Chávez no es popular, considerado más bien un jefe populista que abolió libertades en su país, en el sur de El Bronx sigue siendo el héroe que dedicó su vida a las clases trabajadoras y los inmigrantes sin recursos.

“Fue una persona humanitaria, preocupada por el bienestar de los pobres. No hay presidentes de Estados Unidos que hayan visitado el sur de El Bronx en años”, dijo Lucía Solano, una dominicana que dirige el Servicio de Educación Básica. “Chávez nos dijo que hay que luchar y que no nos podemos dejar vencer por ser pobres. Había que poner un granito de arena y él lo puso”, agregó.

La organización de Solano recibió un total de $300,000 entre 2007 y 2009 que le sirvieron al grupo para pagar su alquiler, comprar computadoras y ofrecer todo tipo de servicios a la comunidad, desde asesoría en vivienda a temas de salud. Ahora, el Servicio de Educación Básica no tiene un espacio propio porque no puede permitirse los gastos de un alquiler y tira adelante con la ayuda de voluntarios como Vallenilla.

Fue el congresista demócrata José Serrano quien invitó a Chávez al sur de El Bronx en 2005 y quien lamentó el martes su muerte, diciendo que fue un hombre que “nació con muy poco y usó su talento y sus regalos para intentar ayudar a la gente y las comunidades que reflejaban sus raíces de pobreza”.

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