GOP celebra a Obama

Cambio del Presidente con republicanos evitaría descalabro de batalla presupuestaria

WASHINGTON, D. C.— Los legisladores republicanos dijeron ayer que ven con agrado la nueva actitud del presidente Barack Obama con ellos y sugirieron que un diálogo entre la Casa Blanca y el Congreso podría evitar el descalabro de la batalla presupuestaria.

Con todo, los legisladores advirtieron que tras varios años de ser criticados y vilipendiados por el presidente, no es probable enmendar el entuerto pese a que Obama cenó la semana pasada con 12 legisladores republicanos. Agregaron que no se apresurarán a aceptar con premura la próxima semana el cambio de actitud del mandatario durante sus tres raras visitas al Capitolio.

“Avanza con rumbo acertado. Me siento orgulloso de él por hacerlo. Creo que es lo acertado”, dijo el senador republicano Tom Coburn. “Lo recibo con los brazos abiertos. Creo que el presidente es enormemente sincero. No creo que simplemente se trate de un cambio de táctica política. Creo que seguramente actuará para solucionar los problemas de este país”.

Con la nueva ofensiva de la Casa Blanca después de haber entrado en vigencia las reducciones automáticas en el índice de aumentos del gasto federal, y si Washington no las bloquea, las consecuencias a largo plazo podrían afectar las filas de la burocracia gubernamental.

“Espero que esta vez sea sincero”, dijo el representante republicano Paul Ryan, presidente del Comité Presupuestario de la Cámara baja, que almorzó con Obama la semana pasada en la Casa Blanca. “Tuvimos una discusión muy buena y franca. Empero, en las próximas semanas quedará demostrado si es real o no el intento de encontrar una solución”, dijo.

El representante republicano Cory Gardner dijo que los legisladores seguramente no se acercarán con buenos ojos a Obama tras cuatro años de ser vilipendiados en privado, y en ocasiones en público. “Espero que sea genuino. Empero, no creo que vayamos a bailar juntos el Harlem Shake a corto plazo”, dijo Gardner.

Obama espera esta semana convencer a los legisladores para evitar otro enfrentamiento fiscal el 27 de marzo, cuando termina la presente prórroga del gasto público y podría comenzar el cierre de los organismos federales.

Con todo, el Congreso partirá de vacaciones el 22 de marzo, por lo que el presidente trabaja con un calendario muy apretado para evitar la última crisis. Y las reducciones automáticas del índice del crecimiento del gasto público, llamadas embargo presupuestario, siguen vigentes, pese a que ambos partidos las consideran mal pensadas y mal ejecutadas.

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