Latinoamérica cuenta para elección del Papa

El cardenal brasileño Odilo Pedro Scherer al llegar ayer para un encuentro en El Vaticano, horas antes de que se inicie el cónclave de los 115 religiosos.

El cardenal brasileño Odilo Pedro Scherer al llegar ayer para un encuentro en El Vaticano, horas antes de que se inicie el cónclave de los 115 religiosos. Crédito: ap

CIUDAD DEL VATICANO — Si Benedicto XVI hizo de la llamada nueva evangelización de Europa una de las misiones fundamentales de su pontificado, Latinoamérica puede marcar la pauta del nuevo Papa.

A pocas horas de que los cardenales se encierren en la Capilla Sixtina para celebrar el cónclave, la prensa italiana coloca al brasileño Odilo Scherer como uno de los principales favoritos a ocupar la silla de Pedro.

“Los retos de la Iglesia en general son sobre todo recuperar a la gente, a los fieles que se alejaron”, dijo José Ignacio López, experto en temas religiosos y director de la revista católica Vida Nueva en Argentina. “Hay muchas cosas para revisar, desde la manera de ejercer el pontificado hasta el papel de los laicos y de la mujer”, agregó.

Scherer, arzobispo de Sao Paulo, ha copado las portadas de los diarios italianos como uno de los principales papables junto al italiano Angelo Scola. De los 115 cardenales electores, 19 son de Latinoamérica, la segunda región en número de representantes detrás de Europa.

De hecho, Brasil será uno de los primeros destinos del nuevo Papa, que presidirá la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro entre el 23 y 28 de julio.

Latinoamérica suma 501 millones de fieles, el 42% del total de católicos en el mundo, según datos del Anuario Estadístico de la Iglesia que publica la Santa Sede. El número de sacerdotes y religiosos no es muy alto. Son casi 70,000 de un total de 415,000. Lo que supone un religioso por cada 7,000 fieles aproximadamente.

“Latinoamérica no tiene el 40% de los cardenales”, consideró el cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz sobre el peso de la región en el cónclave. “En estos momentos, no se piensa en el origen, sino en la persona que tenga la cercanía con Dios, de amor a la gente, a los más pobres, capacidad de predicar el evangelio en el mundo, de entender a la juventud y de acercarla a Jesucristo”.

“Son esas las categorías que se manejan”, añadió.

Según algunos analistas, los obispos latinoamericanos han llevado posiciones de renovación, de acercamiento a la gente, de desafíos que hay que enfrentar.

“Hoy lo ideológico tiene menos carga y ahora destacan los problemas y desafíos sociales, como ayudar a los pobres. Grupos cristianos están esperanzados de que el cambio que están esperando va a ocurrir”, explicó López.

Pero la Iglesia identifica otros problemas en América Latina.

Se dan por superados movimientos como el de la teología de la liberación pero se admite que escándalos como el del mexicano fundador de los Legionarios de Cristo Marcial Maciel han hecho mucho daño.

El mayor reto, según analistas del Vaticano, se advierte en el crecimiento de un tipo de religiosidad popular alejada de la doctrina eclesial. Uno de sus ejemplos más paradigmáticos es el culto a la Santa Muerte en México.

“El problema principal es el del sincretismo entre antiguas formas religiosas precolombinas, no cristianas obviamente, y el cristianismo. La incompatibilidad es total, pero hay que saberlo mostrar”, consideró Josep-Ignasi Saranyana, miembro del Pontificio Comité de Ciencias Históricas del Vaticano y profesor emérito de la Universidad de Navarra en España.

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