A definir nuestras metas

La lucha larga para arreglar las leyes rotas de inmigración ya llega a otra coyuntura de una posible resolución. Ojalá que el proceso político en Washington no descarrile, o distorsione demasiado, la victoria que las familias y la juventud latina han logrado en las calles y en los corazones del pueblo.

En nombre de los indocumentados y sus familias, exigimos que los que nos representan—tanto políticos como líderes y personal de organizaciones cívicas, sindicatos e iglesias—pongan tanto la política como sus intereses personales a un lado.

Somos algo más que títeres en las batallas diarias de la política. Que se dejen escuchar los anhelos y la desesperación de los más afectados.

En mi búsqueda para una formulación clara de lo que nos debe guiar en esta coyuntura peligrosa, encontré lo siguiente, dicho por el congresista federal Luis Gutiérrez: “el proceso legislativo para conseguir una reforma migratoria llevará tiempo, porque primero vamos a hacer una presentación del proyecto, después la negociación entre republicanos y demócratas y luego las votaciones.

El continuó diciendo: “yo quiero hacer hincapié en que mientras toda esta negociación se lleve a cabo, lo primero y lo principal es poner un freno a las deportaciones y la única manera de hacerlo es creando un santuario para abrazar a los inmigrantes y decirles ‘estás en un lugar seguro’; buscarles su permiso de trabajo y asegurarles que con ese permiso ‘no solo puedes trabajar, también puedes viajar y se extiende a tu esposa y tus hijos y aún más, si deportan a tu esposa o tu esposo, ahora que tú estás legalizado, puedes buscar retorno para que esté con tus hijos, con tu familia”.

“Para mi es lo primero, parar las deportaciones de 1,400 personas por día, 400,000 por año. Diariamente 250 niños se están quedando sin su papá o sin su mamá en este país (Houston, Texas, 9 de marzo 2013).

Las negociaciones legislativas a las cuales el congresista se refiere van a construir una serie de reglamentos y requisitos, multas y cuotas. Habrá que formular una estimación de los costos aceptable a los legisladores en el futuro. Y desde luego también existen las consideraciones políticas de los demócratas y republicanos tienen que armonizarse de alguna manera.

El producto legislativo, en el mejor de los casos, no será muy bonito y de ninguna manera constituirá un documento que ilumina la verdad del sistema de mano de obra indocumentada que ha funcionado en los matrices de la economía global. Pero puede ser un documento que permite que las familias sean familias y que permite que una nueva generación crezca con cierto nivel de seguridad y estabilidad.

Mientras que estas conversaciones siguen detrás de puertas cerradas en el Congreso, creemos que el enfoque debe definirse con claridad para ser eficaz.

Debemos exigir una máxima inclusión en alguna forma de legalización de todos los indocumentados, y debemos mantener la presión en favor de una moratoria mientras que se lleven a cabo las pláticas en el Congreso.

Así se enfocan los esfuerzos de “Coordinadora 13” y la Cruzada de los Niños que anda recogiendo cartas escritas por los niños que son ciudadanos de los Estados Unidos y los “soñadores” con padres indocumentados en ambos lados de la frontera, con tal de presentar las cartas masivamente al presidente y a los líderes de ambas cámaras del Congreso en mayo.

Les imploro que meten mano y participen. Vayan al sitio web http://www.coordinadora13.com

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