Un Ponce de León “moderno” llega a San Agustín (fotos)

El aventurero español Álvaro de Marichalar realizó la misma travesía que hizo el explorador hace quinientos años

Alvaro de Marichalar en su moto acuática.

Alvaro de Marichalar en su moto acuática. Crédito: EFE

Miami – El aventurero español Álvaro de Marichalar llegó este miércoles a San Agustín, tras una travesía de catorce días en solitario sobre su moto acuática, y lo hizo justo quinientos años después de que el explorador Juan Ponce de León concluyera una ruta similar que le llevó a descubrir lo que ahora es Florida.

“Ha sido una ruta muy dura, pero muy llena de experiencias y completa, porque he logrado hacerlo justo cuando se cumple el quinto centenario del viaje de Ponce de León”, explicó el aventurero.

Marichalar conversó por teléfono con Efe mientras repostaba su moto a tan sólo unas millas de San Agustín, donde le esperaban autoridades locales -incluido el gobernador de Florida, Rick Scott-, patrocinadores y multitud de aficionados que han estado pendientes de su travesía, que comenzó el pasado 20 de marzo en San Juan.

“Estoy realmente agotado. Esta noche he estado navegando 37 horas sin parar porque quería llegar a tiempo”, explicó con cierta afonía el aventurero, que ha realizado esta travesía sin barco de apoyo ni equipo de asistencia. “Ha sido toda una aventura encontrar dónde repostar o solucionar los problemas que iban surgiendo”.

Entre las partes del viaje que más le han llamado la atención a este empresario de 51 años, natural de Pamplona (España) y que con esta lleva 39 expediciones a sus espaldas, destaca lo “inhóspito” de Bahamas.

“Al contrario de la imagen paradisiaca que tiene la gente -que se corresponde con una isla-, el resto de Bahamas es tercermundista”, dijo el navegante, que durante la travesía ha visto “tiburones, mantas raya, tortugas e incluso algún vertido contaminante, que he documentado para denunciarlo, como hago siempre en mis viajes”.

Añadió que “la gente vive en unas condiciones lamentables, en islas que juntas son mayores que Italia, donde el Gobierno los tiene abandonados y carecen de cualquier tipo de infraestructuras”.

Tras pasar “mucho frío” en su última noche y superar “un par de tormentas durísimas”, a su llegada a San Agustín, la ciudad más antigua del territorio continental estadounidense, Marichalar ondeó la bandera española que siempre lleva consigo.

“La bandera española es la que por más tiempo ha ondeado en EE.UU.”, recordó el aventurero, que también carga consigo la británica y la francesa, ya que las autoridades de Florida han querido implicar también a estos países en las celebraciones del quinto centenario de su descubrimiento por parte del Viejo Continente.

Igualmente, “llevo conmigo la ekurriña (bandera vasca), porque soy de Navarra, y la catalana. Quiero que todos los españoles nos veamos aquí representados”. Tampoco le falta la rusa, nacionalidad de su esposa.

Esta expedición, que le ha llevado por Punta Cana, Turcas y Caicos y Nassau, la ha realizado en memoria de su gran amigo Íñigo de Arteaga, fallecido el pasado octubre en un accidente de avioneta, y se la dedica a su “mentor” Miguel de la Quadra Salcedo.

Una vez que haya terminado de disfrutar del recibimiento en San Agustín, Marichalar bajará costeando hasta Cabo Cañaveral y luego Miami, donde ofrecerá algunas charlas, entre otras en la misma universidad donde estudió hace 30 años.

Durante su travesía también ha improvisado charlas en escuelas de Turcas y Caicos y República Dominicana, actividades que intercalaba en sus jornadas de navegación, de unas doce horas de media.

“Es cuestión de ir buscándose la vida: tener algo para comer y beber, rellenar los bidones de combustible, preocuparte de que mientras no te roben,… y todo esto siguiendo la estela de los españoles”, explicó.

Con un viaje como este (sobre el que se hará un documental para National Geographic) y a través de conocimiento del exploraciones de los españoles “se curan los nacionalismos”, dijo en referencia a “las ganas que tienen algunos de jugar con el concepto de España”.

Igualmente, dijo haber “echado de menos que las autoridades españolas no se hayan volcado más con este aniversario” y opinó que “a veces parece que tienen miedo escénico a hablar de la historia de España”.

“Ha sido un recibimiento espectacular, con un ambiente precioso. Los estadounidenses se han volcado con esto y me han hecho sentir muy bien. Además, ha venido hasta aquí el equipo de gente de Puerto Rico que tanto me ayudó para zarpar”, dijo entusiasmado en otra conversación con Efe, después de haber sido agasajado por las autoridades locales.

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