El drama de Guantánamo

Más de la mitad de la población reclusa languidece en un limbo legal, presos, sin ningún tipo de acusación

Justicia

Desde hace casi dos meses, decenas de internos de la cárcel militar estadunidense de Guantánamo, ubicada en Cuba, iniciaron una huelga de hambre en protesta por las duras condiciones disciplinarias en las que viven, por la profanación del Corán (libro sagrado musulmán) y la confiscación de objetos personales

Más allá de las motivaciones originales, hay indicios de que la manifestación ha adquirido ya dimensiones de rebelión generalizada en la cárcel y que el número de presos que se mantiene en huelga de hambre dentro de la instalación militar asciende a 130 y no a 39 como señala Washington.

Más allá de las cifras, la realización de la huelga de hambre en Guantánamo es indicativa del grado de desesperanza a que han sido llevados los prisioneros de esa prisión

Los abogados de los presos que participan en la huelga de hambre han dejado saber que la salud de sus clientes se está deteriorando de forma alarmante y que algunos de ellos han perdido entre 10 y 15 kilos. Tanto es así, que ahora “están siendo alimentados a la fuerza por la nariz”.

La Cruz Roja decidió adelantar su visita al centro a causa de la huelga

Para colmo, los cautivos en ese sitio también han sido reducidos a la inexistencia jurídica: no han sido considerados presuntos delincuentes a los que debiera presentarse ante una autoridad judicial, pero tampoco se les ha reconocido como integrantes de una fuerza militar enemiga, lo que les habría garantizado el estatuto y los derechos reservados a los prisioneros de guerra.

En la actualidad, en Guantánamo (Gitmo, en la jerga militar estadounidense) hay presos 166 hombres. El más joven tiene 26 o 27 años y es de Yemen. El más viejo, 65, originario de Pakistán. El pico más alto de población se dio en noviembre de 2003, cuando llegó a haber una cifra cercana a los 660 prisioneros.

Un total de 46 detenidos están bajo la clasificación de detención indefinida y no se les ha presentado cargos o han sido llevados ante un juez.

Seis reos se enfrentan a Comisiones Militares en la actualidad, entre ellos el supuesto cerebro de los atentados del 11-S, Jalid Seij Mohamed. Treinta y seis de los detenidos han sido designados para enfrentar juicio y tres de ellos ya se han declarado culpables.

Más de la mitad de la población reclusa tiene luz verde para su transferencia a su país o a un tercero, y sin embargo allí languidecen en un infernal limbo legal, presos, sin ningún tipo de acusación.

“Sin duda, esa situación les deja con la sensación de que la muerte es la única forma de abandonar Guantánamo”, dice David Remes, abogado de uno de los reclusos.

Otra abogada que representa a prisioneros de Guantánamo, Kristine Huskey de la organización Médicos por los Derechos Humanos, explicó que la detención por tiempo indeterminado provoca “un trauma psicológico severo y duradero, que es provocado por estados crónicos de estrés, ansiedad y miedo, básicamente debido a que estas personas en Guantánamo no saben si algún día serán liberadas. No saben si serán acusados. No saben si volverán a ver a sus familias. De modo que toda esta incertidumbre y falta de control provoca un estrés excesivo en el sistema inmunológico y el sistema cardiovascular”.

Desde que la prisión estadunidense se abrió en territorio cubano, en enero de 2002, nueve presos han muerto en los distintos campos que hay en Guantánamo. La mayoría de ellos fueron encontrados ahorcados y uno falleció por un cáncer de colon.

El jefe del Comando Sur de Estados Unidos, John Kelly, reconoció que los presos se sienten “frustrados” por el fracaso de la Administración de Obama para cerrar el campo de detención. En su opinión, el anuncio en 2009 de Barack Obama nada más asumir la presidencia de que iba a cerrar Guantánamo en el plazo de un año les hizo concebir esperanzas. Pero el Congreso bloqueó los esfuerzos para el cierre y ha hecho imposible la reubicación de los presos en cárceles norteamericanas.

En marzo de 2011, el presidente firmó una orden ejecutiva que establecía una nueva Junta Periódica de Revisión de los presos extranjeros para determinar si era o no adecuado que siguieran detenidos, pero las revisiones prometidas no fueron cumplidas

Tras su reelección, Obama no hizo mención de Guantánamo ni en su discurso inaugural de enero ni en el del estado de la Unión en febrero, que fue visto por algunos presos por televisión. Además, en enero, la oficina del Departamento de Estado encargada de la reubicación de los presos de Guantánamo fue cerrada.

El incumplimiento del Presidente Barack Obama de su decreto ejecutivo del 22 de enero de 2009, mediante el cual prometió cerrar Guantánamo, y el deterioro de las condiciones en la prisión bajo su mando constituirán una enorme mancha en su legado.

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