Sara Montiel cantó el último cuplé
El cine español y la música pierde a una de sus más grandes divas
Madrid Coqueta, sincera y orgullosa de sus raíces. La musa del cuplé, la siempre joven Sara Montiel, fallecida en Madrid ayer a los 85 años, participó en casi cincuenta películas y, pese al avance de los años, se resistía a abandonar el oficio.
María Antonia Abad Fernández, más conocida por “Saritísima”, ha representado por encima de todo el icono de la eterna juventud. Un elixir que se ha apagado dejando atrás cuatro matrimonios y su impronta en el ámbito de la canción.
Protagonista de una de las películas más taquilleras de la historia del cine español, “El último cuplé” (1957), Sara Montiel participó en casi cincuenta películas a lo largo de una intensa carrera cinematográfica que comenzó en 1944 con “Te quiero para mí”.
En el rodaje de “Dos pasiones y un amor”, conoció a su primer marido, el director de cine estadounidense Anthony Mann, con quien contrajo matrimonio en Los Ángeles en 1957. Y es que siempre estuvo rodeada de hombres.
Universal entre todas las actrices españolas gracias a su belleza, había conseguido conquistar a Hollywood, pero no olvidaba sus raíces y alardeaba de sentirse “manchega por los cuatro costados”.
Nacida en Campo de Criptana (Ciudad Real), siempre supo que sería una estrella, y su carrera artística la llevó a convertirse también en una figura de la canción gracias a temas tan emblemáticos como “Fumando espero”, “Bésame mucho”, “La violetera” o “Amado mío”.
Dos de sus últimas aportaciones a la canción han sido compartiendo escena con el grupo Fangoria en “Absolutamente” y con su propio hijo, Zeus, adoptado junto a su hija Thais durante su matrimonio con Pepe Tous, en el sencillo “Sex dance”.
A sus hijos, recordaba Montiel, siempre ha tratado de darles la mejor educación posible; sobre todo, en lo que se refiere a los valores de bondad y sinceridad.
Mientras Zeus ha mantenido un papel mediático en su carrera como modelo y cantante, su hija Thais ha destacado por apoyar a su madre siempre desde un segundo plano.
Aunque durante una de sus entrevistas con uno de sus grandes amigos, Valerio Lazarov, ella confesaba que los homenajes le hacían sentir vieja, adelantaba no tener miedo a la muerte y advertía que su único temor era dejar a sus hijos solos una vez ella ya no estuviera.
Sincera ante todo y con su verdad por delante, “Sarítisima” tampoco dudó nunca en mostrar sus opiniones políticas y sociales. Así, la manchega, mito erótico mundial y declarada socialista, afirmaba su rechazo a la reforma de la ley antitabaco en 2011 y su oposición al expresidente Aznar, del que dijo no tenía “ni medio polvo.”
Su estilo, inconmensurable, creó escuela y trascendió modas hasta el final de sus días. Llegó a convertirse en un auténtico símbolo de la comunidad homosexual, algo de lo que siempre se mostró orgullosa. “Cuando voy a actuar a alguna ciudad de EEUU, allí están todos los gays de la ciudad”, recordaba.
Sara Montiel será enterrada hoy en el cementerio madrileño de San Justo, donde reposan los restos mortales de su madre y de su hermana.