Jackie Robinson fue un regalo de Dios

Felipe Alou, que dirigió a República Dominicana en el Clásico Mundial de 2009, dijo que Jackie Robinson abrió la puerta de las Mayores a los peloteros latinoamericanos.

Felipe Alou, que dirigió a República Dominicana en el Clásico Mundial de 2009, dijo que Jackie Robinson abrió la puerta de las Mayores a los peloteros latinoamericanos. Crédito: AP

Nueva York — El niño Felipe Alou no sabía de qué color eran los beisbolistas que jugaban en los Dodgers de Brooklyn que fueron a República Dominicana para realizar su campamento primaveral.

“Nosotros no veíamos el color porque no teníamos televisión. No sabíamos si los peloteros eran blancos o negros porque escuchábamos los juegos en la radio”, recordó el legendario hombre de béisbol.

Aunque en ellos no resonaba, la visita de la novena neoyorquina en 1948 tenía gran significancia.

Entre los peloteros que llegaron a la isla se encontraba Jackie Robinson, quien apenas un año atrás había roto la barrera racial al ser el primer pelotero negro en jugar en las Ligas Mayores.

Pero para los jóvenes había noticias más sobresalientes.

El y sus compañeros de escuela escucharon impactados que los Dodgers habían bajado del avión vistiendo los uniformes con los que iban a jugar durante su estadía en Quisqueya.

“Yo no lo vi, pero sólo de eso hablaba la gente que fue al aeropuerto a recibirlos. Y para mí era impresionante”, recordó.

Esa fue una razón más que alimentó las ansias de ver alguno de los partidos que la novena de Brooklyn disputaría en el estadio de La Normal, en Santo Domingo.

“Yo no fui a ver a Jackie, fui a ver béisbol”, comentó Alou.

Aunque sabían un poco sobre el racismo que se vivía en Estados Unidos, la discriminación racial sonaba a algo lejano para Alou y sus amigos.

“Para nosotros el ver jugar negros con blancos era lo más normal del mundo”, comentó. “Por eso cuando a mí me dijeron eso del color yo no lo podía creer”.

Dicen que ver es creer, y eso fue precisamente lo que pasó con aquel niño incrédulo.

Exactamente 10 años después de la visita de Robinson y los Dodgers a Dominicana, Alou debutó en las Mayores con los Gigantes de San Francisco.

Considerado una de las leyendas del béisbol, el dominicano, de 77 años, extendió su carrera por espacio de 16 años como jugador en equipos como Gigantes, Bravos de Milwaukee y Atlanta, Atléticos de Oakland, Yankees de Nueva York, Expos de Montreal y Cerveceros de Milwaukee.

Además fue entrenador de los Expos y los Gigantes, organización para la que ahora funge como consejero.

Pero el inicio de esa carrera lo llevó por un sendero similar al que enfrentó Robinson.

Lejos de su país, en un lugar extraño y con una lengua ajena, el joven pelotero de 23 años entendió la lucha de Jackie Robinson una década atrás.

“Yo mismo tuve que vivir mucho racismo, mucho desprecio. Ahí fue que yo mismo comencé a conocer la importancia que tenía ese acontecimiento”, expresó.

La llegada de Jackie Robinson a las Mayores no sólo sirvió a los peloteros negros, sino a los jugadores latinoamericanos que antes de 1947 se contaban a cuentagotas.

“El fue un predestinado, un regalo de Dios para nosotros los hombres de color”, indicó Alou. “El fue un salvador porque abrió una puerta grande con mucha calidad, con muchos valores humanos, con mucha paciencia y mucha valentía”.

A propósito del 66 aniversario del arribo de Robinson a las mayores, la liga celebrará su día el próximo 15 de abril y, además, este viernes se estrena la película ’42’ que aborda ese momento de la historia estadounidense.

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