Las armas a debate

Cuanto más se posterga la votación de la ley, más disminuyen las probabilidades de lograr algún resultado

La legislación propuesta es apenas una sombra de lo que debería ser una verdadera ley de control de armas.

La legislación propuesta es apenas una sombra de lo que debería ser una verdadera ley de control de armas. Crédito: La Opinion / Ciro Cesar

Política

El Senado da luz verde al debate formal sobre el control de las armas l uego que demócratas y republicanos anunciaran un acuerdo para extender el control de antecedentes a todas las transacciones comerciales de armas.

La nueva propuesta prevé:

*Considerar el tráfico de armas como delito federal.

*Incrementar el presupuesto para garantizar la seguridad en las escuelas.

*Extender el control de antecedentes penales y mentales a todas las transacciones de armas.

*Prohibir la venta de hasta 157 tipos de armas de asalto

*Limitar a 10 el número de cartuchos por cargador

*Extender el control de antecedentes a todas las ventas comerciales de armas, incluidas las adquisiciones en las ferias de armas y la compra por Internet

El compromiso, no obstante, tiene menos alcance del que pretenden los demócratas y Obama, dado que la transferencia de armas entre amigos o en el seno de una familia queda exenta del requerimiento.

Además, quedaron excluidos del acuerdo la prohibición de las armas de asalto y la venta de cargadores de más de diez cartuchos.

Obama reaccionó al acuerdo: “esta no es mi ley, y habría preferido que algunos aspectos fueran reforzados, pero el acuerdo representa un progreso bipartidista bienvenido e importante”, dijo

La verdad es que la legislación propuesta es apenas una sombra de lo que debería ser una verdadera ley de control de armas. La Ley de Prohibición de las Armas de Asalto de 2013 de la senadora Dianne Feinstein, por ejemplo, deja fuera a 2,271 armas.

Pero si bien la legislación federal parece estar estancada y haber sido despojada de todo contenido, se está avanzando a nivel estatal. Colorado acaba de aprobar una legislación muy restrictiva sobre el control de armas que extiende la supervisión de antecedentes y establece restricciones al número de balas que pueden llevar los cargadores. El Estado de Connecticut, de mayoría progresista, también acaba de aprobar las leyes de control de armas más estrictas del país.

De allí que esta nueva legislación no es la que defiende la Casa Blanca, pero es la que satisface a la mayoría de los republicanos.

Un total de 16 senadores republicanos, entre ellos los veteranos John McCain y Lindsey Graham, optaron por votar a favor de que la nueva ley pueda ser debatida en el Congreso.

Pero, cuidado, que este primer apoyo republicano no garantiza el mismo respaldo en la votación final de la norma. Este partido tiene previsto presentar decenas de enmiendas al texto demócrata, que podrían demorar la votación final de la legislación, cuyo debate se espera que se prolongue durante dos semanas.

La inclusión de la extensión del control de antecedentes a todas las transacciones de armas, es la única medida incluida en la ley que no cuenta con el respaldo del Partido Republicano, que sostiene que puede ser la puerta para la expansión de los controles de armas a todos los ciudadanos.

Varios de sus líderes más destacados, como los senadores favoritos del Tea Party, Rand Paul y Marco Rubio, ya han amenazado con ejercer una dura resistencia.

La amenaza de bloqueo republicano no es el único escollo al que se enfrenta la ley demócrata. Entre las propias filas de ese partido hay varios congresistas que representan a Estados donde la Segunda Enmienda está profundamente arraigada, que se juegan su reelección en 2014 y que no quieren arriesgarse a votar a favor de la norma y dar la impresión a sus electores de que están en contra del derecho a poseer armas.

Obama ha subrayado que aun queda “mucho trabajo por hacer”, un trabajo que tiene que pasar por el Congreso, especialmente por el Senado, por lo que ha instado a los legisladores a que discutan la ley, como él tiene previsto seguir haciéndolo durante el período de presentación de enmiendas que ahora comienza.

Las encuestas más recientes indican que existe un apoyo mayoritario a realizar controles más estrictos: un abrumador 85% a 90% de las personas consultadas de todo el espectro político apoyan la verificación universal de antecedentes. Sin embargo, a medida que el horror de la masacre de Newtown va quedando atrás, las encuestas indican que el apoyo a una prohibición más fuerte contra las armas de asalto va disminuyendo de a poco.

Como era de esperar, el tiempo está a favor de quienes se oponen al control de armas. Cuanto más se posterga la votación de la ley, más disminuyen las probabilidades de lograr algún resultado.

La Asociación Nacional del Rifle solía avalar la extensión del control de antecedentes —Obama ha recordado que el 70% de sus miembros la respalda—, pero, en los últimos meses, ha cambiado su discurso oficial argumentando que esa medida no reduce el número de muertes por armas de fuego y que supone una amenaza directa para los propietarios de armas.

De ahí que, en el hipotético caso de que la versión definitiva de la ley fuera aprobada en el Senado, es dudoso que la misma pueda obtener el respaldo de la Cámara de Representantes, de mayoría republicana.

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