Venezolanos salen a votar esperanzados en su futuro

Se cumple un tranquilo proceso electoral, pero sin la afluencia de anterior elección

El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, saludando a sus seguidores luego de emitir su voto.

El presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, saludando a sus seguidores luego de emitir su voto. Crédito: AP

CARACAS — Los dos países que conforman Venezuela votaron ayer una vez más, transcurridos seis meses de las últimas presidenciales y sólo 40 días después de la muerte de Hugo Chávez, el líder que cambió América Latina.

Al cierre de esta edición, Nicolás Maduro mantenía su favoritismo, incluso una encuesta a boca de urna le daba una cómoda ventaja sobre Capriles. El “apóstol” del “comandante eterno” esperaba los resultados en el Cuartel de la Montaña, el lugar donde se exhibe el féretro frigorífico con los restos de Chávez.

Su equipo de estrategas se mostraba convencido de que la Operación Remate (movilización de un millón de personas con fondos públicos, información confidencial de los colegios electorales y distintos niveles de presión a los votantes apuntados en listas estatales) amortiguaría la ola de fervor popular originada por la campaña de Capriles y le daría la ventaja final suficiente para continuar la revolución bolivariana.

“Llegó la hora de la caballería, vamos 1×10 (patrulleros que manejan las listas de la Operación Remate), vamos pueblo, todos a cumplir la orden del Centauro mayor”, ordenó Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, para poner en marcha el operativo.

Un ejemplo: Bandes movilizó 42 autobuses para llevar a refugiados de Caracas, unos 3,000 bajo la amenaza de sacarles de la lista de la Misión Vivienda. Este banco público es una de las casi 400 instituciones públicas, todas ellas manejan movilizaciones parecidas. En Los Chaguaramos, un autobús de la Misión Negra Hipólita recogía a los toxicómanos que deambulan junto a un pequeño poblado de venta de drogas. Todos debían votar a Maduro.

Minutos más tarde, Henrique Capriles puso en marcha su propia estrategia: “Salgan ya, ¡avalancha! ¡Algo bueno está pasando!”, arengó a sus seguidores. La oposición apostó por un operativo de andar por casa, que cada uno de sus “movilizadores” echara una mano a los que tienen dificultad para asistir a los colegios. Sin dinero público, sin amenazas, sin información confidencial…

De cumplirse las previsiones, el verdadero ganador de las elecciones sería Hugo Chávez, cuya memoria fue varias veces recordada por Nicolás Maduro. “Por mi padre, estamos en manos del Cristo Redentor”, arengó el candidato, otra vez emocionado.

El líder chavista compareció con la tranquilidad del que se cree ganador. Calma que pasada la resaca electoral dará paso a una realidad nada tranquilizadora. “Paradójicamente, al excanciller le puede corresponder la peor de las fortunas: ganar las elecciones con el abusivo ventajismo que las ha marcado y cabalgando sobre la transfiguración de Chávez en Maduro para encontrarse con un país en jirones, dividido y en medio de una profunda crisis que se le haga completamente incontrolable”. Vladimiro Mújica, científico de espíritu matemático que milita en filas opositoras, resume la Venezuela de hoy, incluso va más allá: “La alternativa democrática y Henrique Capriles pueden ganar aún perdiendo”.

“¿Cuáles son las dos palabras que más se emplean en Venezuela? ¡No hay!”. El chiste es fácil y recurrente en las calles. Harina de trigo, azúcar, margarina, aceite vegetal, arroz, leche en polvo, café… Productos básicos de la canasta familiar se convierten en fantasmas que desaparecen de los anaqueles. El índice de escasez de alimentos alcanzó en enero su récord histórico, con un 18.2%. El mes pasado llegó al 17.7%. La peor crisis de desabastecimiento en los últimos cinco años.

Si la economía que deja Chávez es un regalo envenenado para Maduro, la inseguridad es un obsequio que incluye una bomba de relojería social. La muerte violenta forma parte cotidiana de la vida. En 2012 murieron asesinadas en Venezuela más de 21,000 personas, según los datos del Observatorio Venezolano de la Violencia. En los tres primeros meses los homicidios se han disparado un 14%. En cambio, en toda América Latina esta cifra sangrienta se reduce año a año.

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