‘Hasta el fin del mundo’ para encontrar los responsables

Washington, D. C.

Las autoridades de Estados Unidos están movilizando imponentes recursos para esclarecer los atentados ocurridos esta semana en Boston, los primeros en suelo estadounidense desde los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, y que han conmocionado al país.

Al menos tres personas resultaron muertas, entre ellas un niño de 8 años, y casi 200 fueron heridosas, de ellas 17 en estado crítico, como resultado de dos bombas que explotaron en un breve lapso del célebre maratón de Boston. se encaminaba a su final.

El presidente Barack Obama dijo que el FBI está investigando los atentados de Boston como un “acto de terrorismo”.

El mandatario aseguró que aún no está claro si las explosiones fueron planeadas o ejecutadas por una organización terrorista extranjera.

“En los próximos días, perseveraremos en todos los esfuerzos para llegar al fondo de esto. Nos mantendremos vigilantes”, declaró Obama.

El presidente decretó cuatro días de duelo nacional. Con las banderas media asta en la Casa Blanca y todos los edificios federales, Washington recordará la tragedia de Boston.

Una serie de eventos y conferencias de prensa han sido canceladas por respeto a las víctimas, entre ellos la presentación oficial de la nueva propuesta de reforma migratoria.

Las autoridades que investigan los ataques con bombas en Boston hallaron la tapa de una olla de presión, aparentemente usada en uno de los artefactos, y lo que parece un trozo de circuito del detonador, indicaron hoy los medios locales.

La cadena de televisión CNN informó que los investigadores hallaron en la azotea de un edificio cercano al sitio de una de las explosiones la tapa de una olla a presión supuestamente usada como contenedor de la bomba.

El diario The Boston Globe señaló, por su parte, que “los investigadores han determinado que las dos bombas probablemente se hicieron con ollas de presión de seis litros”, a juzgar por el análisis de los fragmentos que han sido recogidos minuciosamente de lo que se considera la mayor escena de crimen en la ciudad.

Las cargas explosivas estaban rellenas con clavos y balines pequeños, como los perdigones, para aumentar su efecto mutilador y las ollas probablemente se colocaron envueltas en bolsas de plástico negro o en mochilas dejadas en el suelo.

Las ollas de presión se han usado en artefactos explosivos improvisados que forman parte del arsenal de grupos extremistas en Afganistán, Irak, India y otras partes del mundo.

Según un informe reciente del Consorcio Nacional para el Estudio del Terrorismo y las Respuestas al Terrorismo, estos artefactos improvisados fueron el arma más común empleada en 207 conspiraciones y ataques terroristas en E. U. desde 2001 a 2011.

El estudio encontró asimismo que más de la mitad de las armas usadas en la última década fueron artefactos incendiarios, lo cual representa un incremento sustancial en el tipo de armamento usado en ataques terroristas.

xxxMientras, la investigación preliminar indica que los explosivos usados en las mortíferas explosiones estaban contenidos en ollas de presión de seis litros ocultas en bolsas de lona dejadas en el suelo, dijo una persona familiarizada con la investigación.Una de las ollas contenía fragmentos y bolas metálicas y la otra tenía clavos, dijo la fuente.Una segunda persona informada sobre la investigación confirmó que uno de los explosivos estaba hecho con una olla de presión. Ambas personas hablaron a condición de anonimato porque la investigación está en curso.

Los investigadores llamaron al público a proveer fotos y vídeo que puedan arrojar claves sobre las explosiones en el maratón, al tiempo que el principal agente del FBI en la ciudad prometió que “iremos hasta el fin del mundo” para encontrar al responsable del fatal ataque.

Dos bombas estallaron en un espacio de pocos segundos junto a la meta de una de las carreras más prestigiosas del mundo, arrancando piernas y brazos y dejando la calle manchada de sangre y llena de cristales rotos. Tres personas murieron, incluyendo un niño de 8 años, y más de 170 fueron heridas.

Un médico que estaba tratando a los heridos dijo que una de las víctimas fue mutilada por lo que parecían ser bolitas de cojinetes o balines.

Una fuente cercana a la investigación dijo que las bombas de Boston fueron hechas con ollas a presión y balines esféricos de metal.

Investigadores federales dijeron que nadie se había atribuido el ataque, que tuvo lugar durante en uno de los mayores feriados cívicos de la ciudad, el Día de los Patriotas. Pero las explosiones indicaron la posibilidad de otro ataque terrorista en suelo estadounidense.

Hasta el momento, no hay detenidos ni sospechosos y las autoridades no se han atrevido, al menos oficialmente, a calificar el suceso de “ataque terrorista”, aunque todo indica que las explosiones son la expresión indudable de un “acto de terror”.

El presidente Obama prometió a la nación que “todo el peso de la justicia” caerá sobre los responsables, pero admitió que el Gobierno no sabía quién había sido ni por qué había ocurrido.

“Todavía no sabemos quién lo hizo ni por qué. Y la gente no debería extraer conclusiones hasta que no tengamos todos los hechos. Pero que nadie se equivoque”, advirtió Obama. “Iremos hasta el final. Averiguaremos quién lo ha hecho y por qué lo ha hecho. Todo el peso de la ley caerá sobre cualquier individuo o grupo responsable de esto”.

El FBI ha asumido la dirección de las pesquisas, en las que también participan otras agencias federales como la Oficina para el Alcohol, el Tabaco, las Armas de Fuego y Explosivos (ATF) y el Departamento de Seguridad Nacional. , así como la Guardia Nacional y las policías estatal y local.

El papel protagonista del FBI confirmaría, según los observadores, que las autoridades siguen la pista de un acto criminal de naturaleza terrorista, aunque podría ser de origen tanto interior como exterior.

Según las primeras averiguaciones, las bombas utilizadas fueron pequeños artefactos, pero mientras no se determine el tipo de explosivo utilizado no se dilucidará si el ataque fue obra de algún individuo o grupo autóctono o de una organización extranjera.

En sus primeras comparecencias ante los medios, La policía de Boston indicó que no se habían recibido amenazas ni advertencias previas a las mortíferas explosiones.

Los atentados se producen en un momento en el que los estadounidenses están inmersos en un apasionado debate sobre el control de las armas de fuego, tras la matanza ocurrida a mediados de diciembre en la escuela elemental de Newtown, Connecticut, en la que perecieron una veintena de niños y varios de sus profesores, acribillados a balazos por un joven desequilibrado que terminaría suicidándose.En el pasado, los intentos del Gobierno de poner límites a la circulación de las armas de fuego entre la población, sobre todo de las más mortíferas como los rifles de asalto, ha dado pábulo a los grupos nacionalistas más extremistas que defienden, incluso violentamente, el derecho a llevar armas en este país.

Según recordaba hoy el diario The Washington Post, la perspectiva de una legislación federal sobre las armas de fuego ha exacerbado la actividad de los grupos “patrióticos” más violentos, de acuerdo con un reciente informe del Southern Poverty Law Center, un centro especializado en el seguimiento de estos grupos.De acuerdo con esta organización, los grupos patrióticos han alcanzado niveles récord en 2012 y han experimentado un crecimiento del 813 % en los últimos cuatro años.

E. U. no había visto escenas como las de Boston, cuerpos ensangrentados, miembros desgarrados y expresiones de aturdimiento y dolor, desde los atentados perpetrados por Al Qaeda el 11 de septiembre de 2001.

Sin embargo, el origen de las bombas de Boston podría estar mucho más cerca.

En una carta dirigida al secretario de Justicia, Eric Holder, el mes pasado, el Southern Poverty Law Center alertaba de que, como en el período anterior al atentado de Oklahoma, se asiste a una multiplicación de las amenazas por parte de estos grupos que temen que el Gobierno acabe arrebatándoles sus armas.

Por estas mismas fechas, un 19 de abril de 1995, un terrorista estadounidense, Timothy McVeigh, hacía estallar un camión bomba ante un edificio federal en la ciudad de Oklahoma y acababa con la vida de 168 personas.

Este artículo incluye información de EFE y Associated Press.

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