Plan migratorio ‘anima’ a cruzar la frontera

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Crédito: AP

MÉXICO, D.F. — La presentación del plan de reforma migratoria en el Senado puso fin a la indecisión que durante más de un año atormentó a Ramiro Chávez. Este poblano de 30 años calcula regresar en dos semanas a su trabajo como cocinero en un restaurante de Nueva York y desde ahí esperar una posible regularización.

El emigrante enfrentará el reto de volver a cruzar sin papeles aún cuando no conoce a detalle las reglas que podrían beneficiarle en caso de la aprobación de la “Ley de Seguridad Fronteriza, Oportunidad Económica y Modernización de la Inmigración”.

Sabe que pagó impuestos por trabajar indocumentado durante 13 años, que nunca estuvo en la cárcel ni generó ninguna multa. Nada más. Para Chávez la señal de que debe volver a Estados Unidos para tener un buen salario sin ser perseguido llegó con la discusión del proyecto.

“Yo pienso que sí puedo ser elegido”, dijo al teléfono desde la capital del estado de Puebla, uno de las entidades con mayor migración en el país, donde pensó en establecerse para cuidar a su padre enfermo de diabetes hasta que la esperanza de legalidad lo hizo cambiar de parecer.

Desde que Barack Obama atizó el voto latino para su segunda candidatura con la promesa de una Reforma Migratoria, diversas organizaciones civiles alertaron sobre la posibilidad de un incremento de la migración indocumentada con las expectativas de poder obtener residencia o ciudadanía en Estados Unidos.

La tendencia del éxodo a la alza está de por sí pronosticada por un análisis del Banco de México que espera hasta 330,000 cruces anuales en los próximos años por la demanda de servicios en varios sectores de la economía norteamericana después de una década a la baja.

“Si no se da la información clara y oportuna en México sobre quiénes son elegibles para legalizarse, los emigrantes pueden hacerse a la idea de que en el proceso pueden colarse con mañas o artilugios y así se van a animar a cruzar la frontera de manera ilegal”, alertó Javier Urbano.

El director del Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana consideró que el gobierno de este país debería arrancar desde ya una intensa campaña en las comunidades de más alta migración para que se entienda de manera sencilla el ABC de la reforma migratoria.

Las miles de familias con parientes “del otro” lado o con hijos nacidos en Estados Unidos también están con un pie aquí y otro allá. Indecisas, expectantes y desinformadas para quedarse en su país o intentarlo de nuevo.

Rosalía Chávez, cuñada de Ramiro, volvió con su familia hace 10 meses por razones de salud aunque sus dos niños de dos y tres años son estadounidenses. “No sé si nos ayudaría volver a intentarlo, pero tenemos miedo de los riesgos en la frontera. No sabemos qué hacer, aunque siempre está la idea”.

El analista e investigador Hiram Angel, de la Universidad de Guadalajara, señala que muchos emigrantes sin papeles calculan emigrar antes de que se refuerce aún más la seguridad en la fronteras, pero aún hay dudas de por medio.

Que si tienen derechos por ser padres de norteamericanos, que cuánto deben pagar, que si ya es un hecho o es sólo una posibilidad como muchas otras iniciativas que enterraron grupos antiinmigrantes, conservadores, ultras desde 1986 y hasta los tiempos de George W. Bush.

Hasta ahora el gobierno mexicano se comprometió a seguir el debate “dentro de su ámbito de acción”, pero no aclaró hasta donde más allá de la orientación, asistencia y protección a los mexicanos a través de los consulados.

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