Capriles quiere nuevas elecciones

Henrique Capriles gesticula durante una conferencia en  Caracas, Venezuela.

Henrique Capriles gesticula durante una conferencia en Caracas, Venezuela. Crédito: ap

CARACAS — Henrique Capriles (40 años) sabe que está haciendo historia ya que ha empujado al todopoderoso chavismo contra las cuerdas tras obtener unos resultados electorales sorprendentes el pasado 14 de abril: 210,000 votos menos que Maduro en un proceso electoral con más de 3,000 irregularidades detectadas.

Viendo su austero despacho de campaña, pareciera un milagro, uno de tantos entre los que dicen vivir los políticos venezolanos. Con su famosa gorra tricolor calada, el líder opositor reconoce que está “reventado” tras la lucha electoral. Le rodea una figura de la Divina Pastora, virgen por que la profesa devoción, varios libros de campañas y de Historia. Y una biografía: “Hugo Chávez sin uniforme”. Está convencido de que una repetición parcial en las mesas donde se demuestren las irregularidades le daría la victoria.

¿Cuáles son las principales irregularidades electorales detectadas?

Sobre el 54% que ya se auditó detectamos irregularidades como, por ejemplo, centros donde Maduro sacó el 1,000% más de los votos que Chávez el 7-O… ¿Quién se lo cree? Ahora comenzamos la auditoría sobre el 46% restante. En realidad quedan 18,000 cajas, pero vamos a revisar 12,000 y yo acepté. Pero no sólo para abrirlas, sino para revisar las papeletas, el acta de escrutinio y el cuaderno de votación, que es el ‘corazón del proceso’ y ahí podemos descubrir si una persona votó varias veces o si votaron muertos. Nuestras quejas se centran en las inconsistencias entre el acta y el escrutinio, violencia en los centros, votos asistidos, proselitismo en los centros, gente que votó dos y tres veces. El CNE quiere hacer de esto en una revisión simple de números. Pero no, nosotros vamos a seguir luchando por la verdad.

¿Qué entienden por auditoría?

La auditoría no es un saludo a la bandera. Usted no puede decir auditoría y no ver el cuaderno de votación. Hay que ver todos los elementos que intervienen en el proceso: la caja, las papeletas, el acta de escrutinio y finalmente el cuaderno de votación, porque ahí está la identidad de la persona, la huella, la firma…. Por eso se llama auditoría y esto no es una concesión, sino un derecho. Y le pongo un ejemplo. Si el SENIAT (Hacienda) va a su casa y le hace una auditoría, le pide documentos, estados de cuenta, títulos de propiedad, recibos de pagos… Si no, no es una auditoria. Nuestro equipo que estará al frente de las auditorías ya está conformado, listo para realizar el proceso.

Hay indicios y declaraciones que indican que no se hará así.

Yo no le paro bola (no hago caso). Pareciera que se quiere generar confusión sobre el proceso de auditoría. Aquí hay un anuncio hecho al país en cadena nacional y sobre la base de ese acuerdo UNASUR emitió su comunicado. No hago caso a las declaraciones posteriores y me remito a lo anunciado.

¿Qué cree que va a salir de esta auditoría?

Que hay que repetir la elección. SI no lo es de forma total, sería parcial. Pero esa parcialidad abarca a un número de electores tan grande como para que no sólo se acorte la distancia. También nos daría la victoria.

¿Aceptarán lo que salga del CNE?

El árbitro puede darle un puñetazo a la mesa, pero los ojos de todos están ahí. El gobierno puede quedar bajo la sombra de la legitimidad o de la deslegitimidad.

¿Confía en el CNE?

Hay una institucionalidad que responde a los intereses de un partido, pero el voto no han podido cambiarlo. La verdad la tenemos en nuestras manos y debe permitírsele al país conocerla con la auditoría. Estamos armando expedientes con cada una de las denuncias que hemos recibido.

¿Confían en el Supremo para impugnar las elecciones?

No tenemos confianza. Sin embargo, la lucha se va a dar. Yo no quiero adelantarme a qué pasará, pero en estas elecciones están puestos los ojos del mundo. Hay verdades que terminan imponiéndose, por más que haya instituciones secuestradas políticamente. Esto se parece al Perú de Fujimori y después de un año se impuso y hubo que ir a elecciones. La ilegitimidad provoca un problema de incapacidad de gobernar gigantesca. Yo me pregunto: ¿Cuánta habrá sido la diferencia real a nuestro favor? Este es un gobierno del ‘mientras tanto’, hasta que el país conozca la verdad.

En los últimos días le han atribuido ocho muertos

Los casos de violencia que hemos podido investigar son mentira. Hablaron de centros de salud afectados (atendidos por cubanos) y según lo que hemos investigado en ninguno pasó absolutamente nada. Es totalmente falso.

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